SALTA (Redacción) – Leonardo Fariña (32 años), el exestudiante de ciencias económicas, el exesposo de Karina Jelinek, el hijo no reconocido de Néstor Kirchner según las malas lenguas, el que se salvó de un intento de asesinato en la cárcel. El exfinancista fue una de las personas más importantes para poder conocer a fondo la mafia que desvalijaba al país durante los gobiernos del matrimonio Kirchner. Y es que “Leo” fue mucho más valiente de lo que cualquiera imaginaba, pues hizo algo que nadie: Se entregó cuando no existía la ley del arrepentido.
El último martes él dio más detalles de su declaración en el marco de la causa conocida como «Ruta del dinero K» y dijo que Lázaro Báez lo chantajeó con su libertad. Para un preso, y más para un preso que estaba acostumbrado a llevar una vida de ensueño esto puede ser tentador, pero el pacto era riesgoso: había que mentirle al país, ir contra los valores que él trataba de recuperar, tenía que “despegar” de la megainvestigación a Báez. No lo hizo.
Durante ese tiempo se dijo mucho sobre Fariña y sus declaraciones, por ejemplo se aseguraba que sus dichos se trataban de un guión diseñado por por el ministro de Justicia Germán Garavano y apuntó contra los abogados que llevaron adelante su defensa. Porque según él sus exabogados Giselle Robles y Franco Bindi contaron sobre una reunión que mantuvo con Garavano cambiando el motivo real para comprometerlo negativamente. La verdadera causa de ese encuentro con el ministro era por cuestiones vinculadas a su participación en el programa de Protección de Testigos e Imputados, agregó: “Es una falsedad completa que haya estado guionado”.
En el momento en el que a Leonardo Fariña se le complicaron las cosas no era sólo con el país, la presidencia y la justicia, ya enfrentaba una guerra mediática y legal también con Giselle Robles, quien ya no lo defendía más y por el contrario, aprovechaba cual invitación mediática se le cruce para hablar de Fariña, mal, desde luego. Así fue que insistió en que la declaración del imputado era un guión hecho por el gobierno actual para perjudicar a los Kirchner y al séquito involucrado y denunció que era amenazada contra su figura y la de su familia, con lo cual decidió publicar las pruebas de sus declaraciones.
Con respecto a eso Leonardo Fariña dijo: “Mi exabogada se paseó por todos los programas de televisión diciendo falsedades”, y explicó “mi primera declaración como imputado fue el 8 de abril, fecha en que no existía la ley de arrepentido: es decir que yo no negocié ninguna libertad. Era un imputado normal”. Y aseguró: “Robles entregó mails que eran previos a su salida de la cárcel: Presenta siete en la Justicia, pero con contradicciones que no se cómo va a poder corroborar. Los mails que ella presenta tenían los chats que tuve con toda mi defensa desde que salían los videos de la Rosadita”.
“Hay una causa en dolores que investiga una presunta asociación ilícita de espionaje. Pero yo no formo parte de eso, no tengo requerimiento ni llamado a indagatoria. No estoy denunciado en esa causa”, explicó haciendo referencia a la causa por espionaje ilegal y extorsión. Y aprovechó para detallar mejor la maniobra de Báez para sacarlo de la cárcel: “Me mandó a decir que tenía información de que podría sufrir un atentado y que si yo lo despegaba de la causa me ayudaba a salir de la cárcel. Reconozco abiertamente que mentí, llegué a decir que Lázaro Báez era una víctima de un conglomerado de medios”.
Realmente arrepentido dijo “Estuve dos años y 20 días encubriendo a Báez bajo una promesa de salir y no hacer un daño”, manifestó y dijo “la cárcel te cambia cualquier visión que tenés de la vida y por eso accedí a la propuesta en un principio. Estaba preso por una causa de evasión por un campo que no compré para mí. Mis posibilidades de salir de la cárcel eran nulas. Por eso hice cosas fuera de la razón”. Leonardo no terminó su carrera de contador pero lee demasiados fallos judiciales para estar sumamente instruido y predecir los finales de cada uno de los implicados en caso de aplicar la justicia como corresponde.