SALTA (Redacción) – La Santa Sede lleva adelante las tratativas correspondientes para ayudar a la familia de Emanuela Orlandi; adolescente desaparecida en la ciudad de Roma hace 36 años. Según pudo informar la agencia AFP; la noticia sobre las tumbas vacías (de unas princesas enterradas en el siglo XIX en el cementerio Teutónico del Vaticano); donde se imaginaba podían estar los restos de la joven, desconcertó a los ciudadanos locales. No obstante, durante los dos días posteriores, se hallaron unos osarios en un sótano perteneciente al mismo edificio.
La reciente información brindada por los diversos medios de comunicación hizo que creciera todavía más el misterio sobre el destino de Orlandi; y corre el riesgo de enfangar a la Santa Sede junto al papa Francisco. La misteriosa desaparición –que alimentó cualquier cantidad de teorías durante la década del 80- tomó un sorpresivo giro el sábado pasado. En dicha oportunidad, una serie de señalamientos anónimos llevaron a que el Vaticano realice la apertura correspondiente de las dos tumbas.
La investigación recae en el cementerio alemán; con el propósito de poder hallar algún rastro de la hija del funcionario del Vaticano, quien al momento de su desaparición tenía sólo 15 años. Orlandi vivía dentro de las murallas de la Santa Sede y fue vista por última vez el 22 de junio de 1983; al momento de salir de una clase de música en el centro de Roma. El hecho en cuestión aún genera intriga en los italianos; quienes especulan sobre las supuestas presiones de la mafia siciliana en relación con los responsables de las finanzas de la ciudad religiosa.
El encargado de la economía vaticana en ese entonces era monseñor Paul Marcinkus, quien fue involucrado en uno de los mayores fraudes financieros en Italia. Al respecto, el experto en asuntos de la Santa Sede, John Allen manifestó para el sitio de noticias religiosas «Cruxnow» su parecer. “Francamente, el personal del Vaticano no es tan astuto. Ni tiene la mente de una película de James Bond, como para creer que hay una conspiración altamente intrincada”, aseguró.
Por su parte, la página de internet ultraconservadora «Infovaticana», y enemiga acérrima del pontificado de Francisco; publicó la siguiente crítica: “La grotesca situación del hallazgo de las dos tumbas vacías; denota el caos actual en que viven las instituciones que pueblan el diminuto Estado pontificio”. En respuesta, el director de comunicaciones de la Santa Sede, Andrea Tornielli; explicó que las tumbas habían sido abiertas en un gesto de “cercanía cristiana con la familia Orlandi”. Además, agregó: “No como una forma de admisión por parte del Vaticano hacia una posible participación en el ocultamiento de un cadáver”.
Otras de las voces esperadas en esta situación que atrajo la atención de los italianos fue la de uno de los integrantes de la familia. En este caso, el hermano de Emanuela, Pietro, quien pasó toda la vida en busca de un rastro vinculado a la desaparición. El propio contó a los medios de comunicación que le habían advertido horas antes la información de que las tumbas estaban vacías. En este sentido; pese a que en las últimas décadas ha salido en forma periódica la posibilidad de que la Santa Sede esté involucrada en la desaparición; ahora concretamente se esperan respuestas sobre el caso.
Finalmente, uno de los encargados de continuar el debate en relación con el hecho en cuestión fue Francesco Grana en el diario «Il Fatto Quotidiano». “¿Cómo es posible que el Vaticano haya aceptado abrir la tumba sin saber los nombres y apellidos de los que están detrás del aviso?”, rezó el escrito. Y continúo: “¿La familia Orlandi y el Vaticano cayeron en una trampa?”. Por este tipo de teorías conspirativas, se ha enrarecido la labor de Francisco en las últimas horas. Al mismo momento que se ve afectada la gestión “transparente” de esa investigación.
