(Por Diego Nofal) El año no empezó bien para los trabajadores del tabaco. En enero se desvincularon a más de 250 cíclicos de la empresa Alliance One, la acopiadora más importante de la provincia y la principal generadora de empleo del sector. Si bien se intentó presentar como un éxito del hecho de que se acordó una doble indemnización, lo cierto es que los empleados fueron despedidos y que el sector está en crisis. Ahora, los obreros de los tabacales recibieron otro golpe, se fijaron salarios por debajo de la línea de la pobreza.
De hecho los sueldos están muy lejos del costo de la canasta básica para una familia tipo. Esto se agrava porque la cosecha del tabaco se demoró y comenzó casi tres meses después de lo que debería, mientras que varios trabajadores esperan que el COE de Salta los autorice a trabajar. Cabe acortar que los acuerdos salariales de este año no fueron obtenido en reuniones paritarias sino que sólo se hizo una consulta con los gremios que representan a los trabajadores del sector.
“Dispónese un incremento salarial mínimo para todos los trabajadores incluidos en la presente, que ascenderá a la suma de $ 4.000 con vigencia a partir del 1° de marzo de 2020 hasta el 30 de septiembre de 2020, conforme se detalla en los Anexos I, II, III, IV y VI que forman parte integrante de la presente resolución, el cual deberá ser absorbido por las futuras negociaciones paritarias”, reza la resolución publicada ayer, si bien el acuerdo parece haber vencido en septiembre, en el Boletín Oficial se aclara que “las remuneraciones establecidas mantendrán su vigencia aún vencido el plazo previsto hasta tanto no sean reemplazadas por las fijadas en una nueva resolución”.
Pero qué establece la resolución además de un magro aumento, los salarios mínimos de los trabajadores del tabaco. Así es como se fija que un peón general, un encañador o un clasificador de cinta, tiene un salario de 25.737 pesos. Es decir 19 mil pesos menos de lo que fijó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos como la canasta básica para una familia de 4 personas.
Pero el desprecio del Gobierno nacional por los trabajadores del sector no se detuvo en el paupérrimo límite salarial, además la resolución establece que “los empleadores actuarán como agentes de retención de la cuota de solidaridad que deberán descontar a los trabajadores comprendidos en el marco de la presente resolución, que se establece en el 2% mensual sobre el total de las remuneraciones de dicho personal. Los montos retenidos en tal concepto deberán ser depositados hasta el día 15 de cada mes en la cuenta especial de la U.A.T.R.E”.
Lo insólito es “los afiliados a la asociación sindical signataria de la presente quedan exentos de pago de la cuota solidaria”, es decir que el gremio les cobra compulsivamente una “cuota de solidaridad” a los trabajadores que no pertenecen al gremio, por el solo hecho de ser trabajadores rurales. Es decir que los empleados que deja su esfuerzo y su salud en los tabacales deben mantener un gremio al que no pertenecen y del que no reciben ningún beneficio, más que una negociación que deja sus salarios por debajo de la línea de la pobreza.
