Durante el primer año de gestión de Alberto Fernández, Argentina presentó uno de los mayores retrocesos en el ranking global de la corrupción elaborado por la ONG Transparencia Internacional. Nuestro país cayó doce lugares y se ubicó en el puesto 78° cuando en el 2019 había concluido en el número 66° consiguiendo meterse entre los primeros 70 del mundo por primera vez desde que se elabora este listado que incluye a 180 países.
En el índice de corrupción Argentina obtuvo 42 puntos sobre 100 posibles, tres menos de los que había cosechado en 2019 cuando había registrado un crecimiento de 19 puestos en su mejor performance en este índice. En la escala utilizada, 0 puntos implican que un país es percibido como muy corrupto, y 100 puntos corresponden a aquellos con corrupción inexistente.
El primer retroceso en cuatro años
Argentina registró una caída en el índice de corrupción por primera vez en cuatro años. Es que durante el último período de Cristina Kirchner en la presidencia, Argentina osciló entre el puesto 102° y el 107°. Ya en 2016, durante el primer año de gestión de Mauricio Macri, Argentina pasó a ocupar el puesto número 95, en 2017 y 2018 se repitió en el lugar número 85, mientras que en el último año de Cambiemos alcanzó el histórico puesto 66°.
La situación a nivel mundial
En cuanto a la región, Argentina se ubica en el puesto número 14° sobre los 32 estados americanos que son relevados en este ránking. Retrocedió un puesto respecto a 2019 pero se mantiene en la mitad de la tabla cuando en 2014 llegó a ocupar los últimos lugares entre los estados del continente. Los primeros lugares corresponden a Canadá (11º), Uruguay (21º) y Chile (25º) junto a Estados Unidos. Mientras que Venezuela, Haití y Nicaragua son los colistas.
A nivel global hubo un empate en el primer lugar. Tanto Dinamarca como Nueva Zelanda cosecharon 88 puntos en el ranking y son los países menos corruptos del mundo. El podio lo completaron Finlandia, Singapur, Suecia y Suiza que obtuvieron 85 puntos. En contraposición, Somalia y Sudán del Sur comparten el último lugar y son los países más corruptos del planeta.