SALTA (Redacción) – Un hecho conmocionó al interior salteño. Es que Celeste De los Ríos, una docente oriunda de Orán, falleció este viernes en Iruya al desbarrancarse en un cerro. La mujer de 42 años era maestra de Educación Física en la escuela 4236 de esta localidad y se dirigía hacia el poblado para recibir la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus. Sin embargo, las primeras pericias indican que un temporal se cruzó en su camino, provocando su posterior fallecimiento al caer de uno de los cerros.
Los familiares de la joven docente fallecida en Iruya no ocultaron su dolor por el trágico incidente que le costó la vida. Sin embargo, también señalaron que existieron responsables por la muerte de Celeste. “Pienso que hay responsabilidad porque deben haber directivas de que ninguna persona que sea docente y esté sola pueda trasladarse de un lugar a otro en una zona montañosa, o de cerros. Nadie puede andar solo por ahí porque es un peligro y puede desencadenarse una tragedia en cualquier momento”, comenzó diciendo el padre de la docente.
“El cargo, la responsabilidad del hecho es de la directora. Como padre voy a ver todas las anomalías sucedidas pero para eso tengo que estar calmado, ahora estoy muy mal, dolorido, cansado”, agregó.”Como padre tengo que hacer algo. No les digo que en este momento pero tengo que recurrir a alguien para saber bien que pasó”, expresó.
El padre de la docente fallecida en Iruya apuntó directamente contra la directora de la escuela que se encuentra alejada del poblado. “Es negligencia de la directora largar a una subalterna que dependía de ella para que se venga sola. La directora debía estar pendiente de sus subalternos porque ella es la cabeza, la responsable, la que tiene el mando y no tenía que permitir que una docente salga sola a la zona montañosa con las inclemencias del tiempo y más tratandose de una mujer”, sentenció.
El dolor de la familia
La familia de la docente fallecida no ocultó su dolor por la trágica muerte de Celeste. “Estoy malísimamente, destrozado. Sinceramente no tengo ganas de vivir. No hay consuelo. Siento mucho dolor. Perdí mi hija que tanto amor le tenía a la docencia. Estamos mal, mi señora está desconsolada, toda mi familia”, manifestó el padre de la maestra fallecida.
