SALTA (Redacción) – Pareciera mentira pero es real, en pleno Siglo XXI hay sectores de la Argentina y de la Provincia que tienen problemas con el agua. La crisis hídrica en Salta sigue golpeando duramente en diferentes puntos del territorio provincial. Tanto en la Capital, especialmente en el barrio La Loma, y en la localidad de Tartagal los vecinos siguen reclamando por soluciones a este problema.
Mientras tanto, Luís María García Salado presentó su renuncia a la conducción de Aguas del Norte y su reemplazo es Ignacio Jarsún. Pareciera ser que ni siquiera la emergencia hídrica puede traer soluciones provisorias. Los vecinos del barrio La Loma de la Ciudad de Salta lamentan que la falta de agua se haya hecho una costumbre. «Lo que sí lo es, es que retrocedimos más de 40 años con el retorno de camiones cisternas cubriendo necesidades básicas de las familias del barrio y eso es cuando se dignan en enviarlos», manifestó una vecina.
Al mismo tiempo, contó que entre los vecinos han creado un grupo de WhatsApp para mantenerse actualizado y organizarse. Los cortes se dan por la noche y por la tarde, tienen varios números para hacer reclamos por la emergencia hídrica. La misma vecina explicó que desde Aguas del Norte sólo dicen que verificarán la situación o que trabajan para recuperar el nivel del agua. «Es lamentable y patética la falta de inteligencia por parte de los entes intervinientes y del sistema de gobierno que, ante el crecimiento poblacional, no realizan las obras de infraestructura y una planificación de prestación de servicios», criticó.
Tartagal: el centro de la crisis
Una de las zonas más complicadas de todas es Tartagal donde a la falta de agua se le suman las elevadas temperaturas. Un empleado municipal que reside en un hotel por motivos laborales contó que tiene que juntar agua en un balde para poder bañarse. La misma situación le ocurre a los vecinos. Una clara muestra de lo que es la emergencia hídrica actual y como repercute.
«Hace 20 días comenzó una situación grave debido a que todo lo que es el radio céntrico de la ciudad no tiene agua y eso ha afectado seriamente a bancos, oficinas, organismos públicos, la municipalidad, el comercio, los gastronómicos, los negocios, bares, confiterías y boliche», explicó el funcionario de Tartagal.
Es decir que el consumo de agua, lavar la ropa o los platos, poner en funcionamiento los baños o higienizarse se complica demasiado. A todo esto se suman las sucesivas olas de calor, aclaró el funcionario. La crisis hídrica se la reconoció ahora, pero en Tartagal esto data de hace 20 años lamentó. «Nunca se realizó una previsión a futuro ni se elaboró un plan. Tampoco se hizo una prospección o estudio con profesionales para buscar más fuentes, agua subterránea», concluyó.