SALTA (Redacción) – Es cierto que la economía argentina viene bastante complicada. Además, una de las principales preocupaciones que tiene el país es cómo afrontar el compromiso de pagos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El último informe que realizó el organismo pronóstico números realmente complicados tanto en inflación y un decrecimiento del PBI.
Por lo tanto, el FMI prevé que la Argentina sufra una recesión del 2,5%. Sin embargo, anticipó que el próximo año crecerá 2,8%. Hubo un cambio abrupto entre el diagnóstico inicial y el actual ya que se esperaba un crecimiento del 0,2% para el 2023. Y lo que respecta a la inflación se estima que a fin de año llegará al 120%, siendo la más alta desde antes de la convertibilidad menemista.
Si bien, es cierto que el organismo internacional reconoce los efectos brutales de la falta de lluvia. «La Argentina está enfrentando una situación muy difícil, particularmente empeorada por la sequía”, admitieron desde el FMI. Además, si en un inicio se esperaba una inflación del 88% ahora se diagnóstica que a fin de año la variación de precios se ubicará en 120%.
Los indicadores del FMI admite los impactos de la crisis global en la inflación de Argentina
De este modo, Petya Koeva Brooks que es una economista del FMI es quien indicó que la inflación podría ubicarse en el 120% anual. Aclaró que «se basa en la implementación de las políticas que hemos acordado» tras firmar un nuevo acuerdo con el Ministerio de Economía. Hay que tener en cuenta que hay negociaciones permanentes para avanzar con el pago de la deuda.
Por el contrario, las previsiones de las consultoras privadas lo proyectan en un margen de 140% o 150% a la inflación de este año. Dicho análisis surge de «políticas macroeconómicas estrictas». Finalmente, se reconoció que la tasa de crecimiento a nivel mundial, los efectos en el medio ambiente son factores que influyen externamente aunque también tiene mucho que ver lo que se hace internamente.