El dirigente salteño Walter Wayar lanzó una dura crítica contra la decisión del Gobierno nacional de avanzar con la quita de retenciones y calificó la medida como “un hecho de corrupción”. Sus palabras generaron un fuerte revuelo político y reactivaron el debate sobre quiénes se benefician con este tipo de políticas.
Según Wayar, el levantamiento de retenciones no está pensado para favorecer a los productores más pequeños, sino para consolidar negocios de grandes sectores concentrados. Por eso, planteó que la decisión no se enmarca en un plan de desarrollo federal, sino en un esquema que privilegia intereses privados por encima del bienestar de la sociedad.
El mensaje encontró respaldo en algunos dirigentes opositores, que también vienen señalando que las retenciones deben ser revisadas con criterios de equidad. En cambio, sectores cercanos al oficialismo defendieron la medida y remarcaron que se trata de una política destinada a incentivar la producción y mejorar la competitividad.
En paralelo, Walter Wayar advirtió que esta decisión impactará en las cuentas del Estado y limitará la capacidad de financiar programas sociales. Recordó que las provincias dependen en gran parte de la coparticipación y que cualquier recorte de recursos se traduce en menos inversión en salud, educación e infraestructura.
Analistas económicos coinciden en que la discusión sobre las retenciones no es nueva. Señalan que detrás del debate fiscal se esconde la puja por quién paga los costos de la crisis. En este caso, la frase de Wayar buscó instalar la idea de que las medidas benefician a pocos y perjudican a muchos.
Mientras tanto, organizaciones rurales también se expresaron, aunque con miradas distintas. Pequeños productores reclamaron reglas claras y advirtieron que la concentración del mercado deja poco espacio para competir. Grandes empresas, en cambio, celebraron la quita como una señal de apertura.
Documentos oficiales del Ministerio de Economía confirman que el Gobierno prevé avanzar con un esquema gradual de reducción de retenciones. Ese dato alimenta aún más el debate y anticipa que el tema seguirá en el centro de la agenda política.
