La municipalidad de Salta vivió una mañana agitada tras una protesta de trabajadoras que reclamaron al intendente Emiliano Durand la falta del tradicional asueto previo al Día de la Madre. Desde hace años, el Ejecutivo otorga un día libre a las empleadas madres, pero en esta oportunidad el jefe comunal decidió no firmar el permiso solicitado por los gremios.
La decisión generó enojo entre los distintos sindicatos, en especial en la Unión de Trabajadores Municipales (UTM), que atraviesa una etapa de reacomodamiento interno tras la jubilación de su histórico dirigente Pedro Serrudo. Aun así, la medida también afectó a empleados de otros sectores que se sintieron ignorados por el Ejecutivo local.
Cerca de las 10 de la mañana, un grupo de empleadas inició una protesta dentro del edificio del Centro Cívico Municipal. Golpearon escritorios y objetos de oficina en señal de descontento, mientras otras decidieron no trabajar. Con el paso de los minutos, el reclamo se transformó en una batucada improvisada que interrumpió por completo la jornada laboral.
Entre los cantos se escucharon referencias a la exintendenta Bettina Romero y al exsecretario de Hacienda Amador, recordando épocas en las que las fechas festivas se celebraban con sorteos y actividades para las madres. Este contraste alimentó el malestar general y expuso el descontento con la actual gestión.
Con el correr de la mañana, la tensión aumentó. Por ese motivo, el jefe de Gabinete municipal debió acercarse al lugar para intentar calmar los ánimos. Luego de dialogar con las trabajadoras, anunció que se otorgaría el asueto de manera informal a partir del mediodía. Aunque la medida descomprimió la situación, dejó en evidencia una profunda desconexión entre las autoridades y el personal.
Finalmente, las empleadas abandonaron sus puestos cerca de las 12, con rostros serios y sin la habitual comunicación oficial ni gestos de reconocimiento. No hubo sorteos ni actos, solo un permiso tardío que reflejó el clima de descontento que se vive dentro del municipio.
A una semana de las elecciones nacionales, la decisión del intendente Emiliano Durand generó lecturas políticas. Para algunos fue un descuido, pero otros interpretaron la tensión como parte de una estrategia. En un contexto electoral sensible, un conflicto con trabajadores podría afectar el rendimiento de la lista oficialista en la Capital. Por esa razón, la negativa inicial al asueto dejó dudas sobre las verdaderas intenciones detrás de la medida.
