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Mató un perro y ahora deberá limpiar los desechos de animales por un año

Además, lo condenaron a tres años de prisión condicional y a someterse a un tratamiento psicológico. Ultimó de un machetazo a un perro callejero

Audiencia - Fuente: Salta 4400

SALTA (Redacción) – Mientras que para las asociaciones proteccionistas la condena es ejemplar, otro sector de la sociedad se pregunta si acaso la pena no es exagerada. La sentencia, dictada por la jueza de la Sala IV del Tribunal de Juicio, Norma vera, se aplicó el martes pasado a Rodrigo Bonemann, un joven de 24 años que trabajaba como sereno de una propiedad de la zona sur de la ciudad.

Según lo ventilado en el juicio, que fue seguido por numeroso públicos, muchos de ellos perteneciente a asociaciones que protegen a los animales, Bonemann mató a un can mestizo, de pelaje marrón, cuando husmeaba en la basura que, según lo declarado por el acusado, él mismo había juntado en el acceso a la propiedad que cuidaba, ubicada en la ruta 26, a la altura del loteo San Benjamín.

A las 23 del 15 de septiembre del año pasado, cuando Bonemann atacó al perro callejero con un machete que llevaba en la cintura, una pareja que reside en la zona, vio el accionar despiadado del acusado, por lo que frenaron el vehículo en el que viajaban y a los gritos, la mujer le recriminó al sereno la agresión asesina hacia el pobre animal.

Sergio Ferri, uno de los veterinarios que declaró en el juicio -Fuente: Salta 4400

Al prestar declaración, tanto el hombre como la mujer, José Luna y Erica Matorra, contaron que se indignaron al ver la conducta salvaje del acusado, por lo que instintivamente detuvieron la marcha del auto, tras lo cual la mujer abrió la puerta para descender e intervenir en favor del perro, pero el acusado blandió su machete y amenazó con matarla a ella también.

Frente a esta situación, según señaló Luna, decidieron refugiarse en el vehículo y de inmediato salieron del alcance del atacante, para dirigirse en busca de ayudar de la policía, la que encontraron a unos 150 metros, en un destacamento ubicado en el acceso al barrio Solidaridad. Tras relatar lo que había ocurrido, la pareja se ofreció a llevar a los uniformados en su auto al lugar de los hechos.

Proteccionistas- Fuente: Salta 4400

Al retornar, el acusado ya no estaba, pero sí el pobre perro que aullaba de dolor y hacía vanos intentos por pararse, pero le era imposible debido a que el machetazo que recibió de parte del sereno le partió literalmente la columna. Ante la ausencia del agresor, Luna ingresó a la propiedad y pudo advertir que el acusado se aprestaba a retirarse del lugar en una motocicleta.

Cuando llegó al lugar donde había matado al perro, el sereno se encontró con los dos policías que Luna y Matorra fueron a buscar. En esas circunstancias, el acusado reconoció que había agredido al animal y dio su justificación. Dijo que el animal había roto las bolsas de basura que había juntado para que el camión de recolección de residuos se las lleve.

Luego de ello, y tras la llegada del segundo móvil policial, el sereno fue desarmado y trasladado a la dependencia policial, donde quedó demorado. Posteriormente, y por este hecho, el entonces fiscal penal 7, Maximiliano Troyano, requirió juicio en contra de Bonemann por los delitos de amenaza de muerte y actos de crueldad animal, acusación por que fue juzgado.

“Me quiso morder”

El martes, antes de que se conozca el veredicto, Bonemann decidió prestar declaración sobre lo sucedido aquella noche del 15 de septiembre. Explicó primero que efectivamente se desempeñaba como sereno de la propiedad y que, entre sus tareas, debía realizar la limpieza del lugar, lo que era una complicación debido a que los vecinos arrojaban basura frente al acceso del loteo constantemente.

Señaló que entre los residuos había restos comestibles, lo que atraía a los perros callejeros. Uno de ellos fue el animal que mató, el cual fue bautizado como Benjamín por las asociaciones proteccionistas. Sobre el ataque en sí, el acusado sostuvo que el can lo quiso morder y que por ello se defendió con el machete, ya que era lo único que tenía a su alcance.

Luego de ello, y respecto a las amenazas de muerte que profirió, tanto a Matorra como a Ricardo Ajaya, otro vecino que se acercó al lugar para recriminarle por haber matado al animal, el acusado sostuvo que en ningún momento amenazó a nadie, y que las personas que fueron al lugar tras el hecho lo insultaron e incluso una de ellas lo escupió en la cara.

Posteriormente, agregó que debido al incidente con el perro fue blanco de numerosas amenazas que fueron impulsadas por los proteccionistas a través de las redes sociales, incluso dijo que una foto suya fue viralizada en cuestión de horas y hasta difundieron fotos de su vivienda particular, hechos por los que radicó la denuncia del caso, sin que esa acusación haya avanzado suficiente.

Hasta el hueso

Durante el desarrollo del debate, la jueza, la fiscalía, la defensa y abogados que actuaron bajo la figura de “amigos del tribunal” escucharon a varios testigos, entre ellos a dos veterinarios que atendieron al animal malherido. Uno de ello, Sergio Ferri, fue contundente al sostener que el perro fue masacrado, pero no de varios machetazos sino que el atacante le profirió un solo golpe.

Dijo que el sereno aplicó una enorme fuerza en el machetazo propinado al animal, tanto que el arma asesino no sólo atravesó la pie, la carne sino que prácticamente partió el hueso de la columna, lesión que quebró la columna vertebral del perro, razón por la cual el mismo no podía incorporarse y debido a esta grave lesión, es que finalmente el can debió ser sacrificado.

Al respecto, cabe señalar, el propio acusado reconoció que el machete que portaba y que utilizó para atacar al animal estaba bastante filoso, pues lo utilizaba para limpiar el terreno de malezas. Los testigos que vieron el ataque, en tanto, confirmaron que el perro no atacó al sujeto, sino que éste le aplicó el machetazo en el lomo y el animal ya nunca se volvió a parar.

Los alegatos y sentencia

Al momento de los alegatos, la fiscalía fue adelante con la acusación inicial, aunque desistió de uno de los hechos. Bonemann llegó acusado de dos hechos de amenazas, uno contra Matorra, que fue confirmado y otro en perjuicio de Ajaya, por el cual el fiscal, Pablo Paz, decidió pedir la absolución del acusado debido a que no existían elementos suficientes para sostener esa acusación.

Posteriormente, sin embargo, el fiscal fue duro con el acusado y pidió que se lo condene a la pena de tres años de prisión condicional, como así también la realización de cursos para aumentar su sensibilidad. Por su parte, el defensor, Jorge Bonetto, reclamó la absolución de su defendido por ambos delitos, tanto el de amenazas como el de crueldad animal, ya que consideró que la amenaza nunca existió y que no había pruebas suficientes al respecto. Respecto a la crueldad, el defensor sostuvo que su cliente sólo se defendió por encontrarse en un estado de necesidad ante el ataque del animal.

Tras escuchar a los amigos del tribunal, la jueza se tomó cerca de una hora para regresar a la sala de audiencia y dar a conocer su veredicto, a través del cual resolvió condenar a Bonemann a la pena de tres años de prisión condicional por los delitos de amenazas, en perjuicio de Matorra, y crueldad animal, por la muerte de Benjamín.

Pero esto no fue todo, pues la magistrada también dispuso que el acusado se someta a tratamientos psicológicos y por el término de un año realice tareas de limpieza nada menos que en las instalaciones de la Dirección de Protección Animal de la Municipalidad, lo que fue festejado por los proteccionistas, quienes consideraron el fallo de la jueza Vera como “ejemplar e histórico”.

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