A este libro no lo escribí. Más bien lo armé con borradores, algunos muy antiguos. Pensaba hacerlo desde hace tiempo, pero tal vez me faltaba un disparador. Este llegó cuando un amigo – muy querido – al yo gritar como siempre hago un ¡Viva la Patria! cuando terminamos de cantar el Himno Nacional en un acto público, me dijo al oído:- ¿De qué Patria estás hablando Ferdy?- . En cuanto a dedicarlo lo haré a mi padre, el arquitecto Tomás Félix García Bes, del que gracias a mi primo Pascual Viejobueno-Royo Bes me ha llegado una copia manuscrita de una parte de la historia de la familia, los Bes Sucarrats que son memorias desde 1690 hasta 1850, escritas por un chozno, de las cuales transcribo brevemente: «Sea lo que fuere se cuenta que el tal Socarrats venido de Olot prendado de este Ampurdan y dejando sin dudas pocos o ningunos bienes en su país natal, se estableció en Garriguella, se casó y fue su primera habitación una casita situada en la plazuela del pozo del pueblo de Garriguella y que actualmente es el pajar de Juan Densalat. Esta casa pues ha sido la cuna de nuestra familia y de allí tienen el origen todos cuantos Sucarrats hay ahora desparramados por el pueblo según la tradición que se conserva… A vosotros, pues, Sucarrats me dirijo y si algún día la caprichosa fortuna eleva a alguno de esta raza y le salieren humos de hidalguía y quisiese suponerse descendiente de noble estirpe, sepa que trae su origen de un humilde trabajador de las cercanías de Olot, que sin duda sería de robustas espaldas, respetables puños, colorado semblante y gran bebedor de vino, y que el 14 Jaques al mate solar de sus mayores fue un pajar…Mas no debe ruborizarse de esta procedencia porque en este siglo despreocupado la gente sensata miran como a verdadera nobleza la que dan las buenas obras de los hombres y nuestros antepasados si no han sido ricos desde su origen a lo menos hasta ahora han sido muy honrados». Hasta mi padre y tíos carnales, no tengo dudas que han llegado estas directivas morales, en mi generación creo que así es y las venideras pido a Dios que las sigan. También lo dedico a mi madre, la profesora María Elena Covelli de García Bes, de quien tuve la oportunidad de recibir significativos ejemplos de vida – que si no los aprendí no significa que no me los haya dado – hasta sus casi 97 años y mis casi 61. Y además al joven Rubén Darío Galván quien siendo no vidente escribió el libro «El Valle de Sianca y su Historia Gaucha»lo que enseña y significa que lo que se necesita para hacerlas cosas es la disposición y no la vista. Por lo tanto si a nuestra república la vemos en una dirección no acorde a la intención fundacional: ¿Qué nos está faltando para corregirle el rumbo? ¿La vista o las ganas? ¿O las dos cosas? A mi amigo Juan Domingo Nieva –entrañable hermano de la época universitaria – a quien sigo queriendo y mucho más, porque a pesar de pensar quizá Patrias distintas, por lo menos tenemos en común que la pensamos. Y si la pensamos es porque la amamos. Así que por todo esto con ánimo coplero canto: Ya me estoy por desangrar al tener al pecho un tajo más no ei de dejar de gritar: ¡Viva mi Patria! ¡Carajo! También lo hice a la memoria de mi amigo Normando Fernando Ferdy García Bes 15 Joaquín Requena Pérez, con quien siempre tuvimos un gran aprecio y admiración mutua. Yo a él por su sabiduría y bondad. Y él a mí porque yo siempre tenía uno nuevo y entonces le permitía cumplir con su trabajo de perdonarlos pecados. También lo hice por aquello que le atribuyen a Cervantes de que «ningún libro puede ser tan malo como para no tener algo bueno». De todos modos, es obvio que quien publica algo, hace una carta abierta al lector. Pero yo quiero en esta pedir algo en particular: si por casualidad mi humilde trabajo ha caído en tus manos, léelo completo, o por lo menos en orden hasta que decidas tirarlo por la borda. ¿Porqué? porque en él – acertado o no – nada ha sido puesto porque sí, o al azar. Las pocas horas que te llevaría su lectura, a mí me tomaron horas, días, meses y te diría que hasta años de trabajo. Además, para que cuando, no sé cómo, yo sienta que en algo te he contagiado mis inquietudes, probablemente logre la sensación de que algún día podré descansar en paz. Atentamente. Tu -aunque quizás desconocido- sincero amigo
El autor
Prólogo Ferdy, hombre apasionado de lo hispánico y criollo; enamorado de Salta y de todo lo Güemesiano, cultor de los amigos, de la Patria y de Dios; nos invita a una lectura profunda, no de su libro: «Jaques al Mate», sino mediante éste de la realidad y esencia de la Argentina, de sus males actuales e históricos. No propone una solución mágica y arbitraria, sino que nos invita a pensar y a llevar acciones, respetando nuestra libertad y realidades concretas, que tiendan a una verdadera y anhelada restauración de la Patria en el sentido más profundo de la realidad del término. En la lectura del texto pronto se devela que propio y natural del hombre, creatura de Dios, es vivir en comunidad y que hay en él una natural tensión hacia la búsqueda del prójimo, sabiéndose necesitado de la mancomunidad de distintos factores y actores, que integran la realidad social del contexto en el que vive, para su integral y pleno desarrollo. Sin embargo, en el avance de la lectura, descubrimos la libertad humana capaz de grandes actos de amor, grandeza y esperanza, por un lado, o de egoísmo, vicio y mezquindad por el otro. Ferdy García Bes, en la progresión de su pluma, nos muestra otra capacidad propia del hombre: la penetración de su inteligencia preocupada por comprender a profundidad la realidad esencial de las cosas, específicamente en este caso la de nuestra patria. Comprensión que busca ir más allá de lo evidente, señalando todo aquello que la aqueja y aleja del buen camino propio de su naturaleza. 8 Jaques al mate El autor, a modo de un juego de ajedrez, nos lleva pieza por pieza, movimiento a movimiento, en un recorrido que busca dar un diagnóstico certero y un mensaje dirigido no solo a los cuatro puntos cardinales de nuestra querida Argentina, sino a todas las generaciones y estamentos de la sociedad. A pesar de que la problemática de la Argentina es señalada y abordada por distintos flancos, que por momentos pareciera ser de manera inconexa, se va observando y descubriendo en el autor una intención final: la urgencia de animar y elevar a los espíritus hacia los conceptos trascendentales y fundantes de la argentinidad; despertar un genuino amor y sentimiento patrio; promover un sano orgullo por lo más propio de nuestra tierra, lo hispánico y criollo. En el transcurso discursivo marca acciones concretas, prudenciales, con un horizonte sencillo pero no por ello poco arduo: Espiritualizar la patria, transmitir el arquetipo del «antropogaucho», todo con la mirada clara puesta en la estrella de Jesucristo y la Santísima Virgen. Estamos, pues, invitados a la lectura y al arriesgado desafío de reunir las piezas, ponerlas sobre el tablero, y comenzar el juego que nos lleve al movimiento definitivo que saque a La Argentina Victoriosa. Adelante, es posible, ánimo. Francisco Javier Viejobueno