SALTA (Redacción) – La dirigente política peruana Keiko Fujimori recobró este viernes su libertad luego de pasar los últimos 13 meses en prisión. Se encontraba en la cárcel por el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht. La líder opositora de Perú salió de la prisión, tras el fallo del Tribunal Constitucional (TC) que declaró fundado el recurso judicial que impulsaba su liberación.
“Me voy a tomar un tiempo para reencontrarme con mi familia”
“El TC ha corregido un daño que se nos ha hecho. Seguiré enfrentando la investigación, como siempre lo he hecho”, declaró brevemente Fujimori sobre el fallo a su favor. “Para mí ha sido el evento más doloroso de mi vida», describió ni bien se fue del establecimiento penitenciario. Allí se abrazó con su esposo, rodeada por un gran número de seguidores y periodistas.
“Me voy a tomar un tiempo para reencontrarme con mi familia”, manifestó la dirigente ante la insistencia de la prensa sobre su futuro político en el futuro cercano. “Después decidiremos la segunda etapa de mi vida, los invocó a dejar atrás los odios”, enfatizó la hija del expresidente peruano Alberto Fujimori en un claro guiño hacia sus detractores. Cabe recordar que fue imputada en una causa de corrupción.
Causa Odebrecht y lavado de dinero para la campaña
En este sentido, el tribunal peruano había dejado sin efecto esta semana la prisión preventiva que cargaba Fujimori. Por lo tanto, ordenaron su inmediata liberación luego de pasar bajo detención cerca de 13 meses por la acusación de lavado de activos y estar vinculada a trama de corrupción que tenía la firma brasileña Odebrecht. Las causas alrededor de la empresa se abrieron también en Ecuador, Brasil y Argentina, entre otros países de la región.
Según informa El Intransigente, fuentes judiciales de la causa explicaron: “El fallo judicial fue emitido por mayoría, cuatro votos contra tres, por los magistrados que componen el Tribunal Constitucional (TC) de Perú”. Por último, cabe mencionar que en las implicancias del caso Lava Jato, Keiko Fujimori está acusada de lavado de dinero por 1,2 millones de dólares para financiar su campaña electoral del 2011.