SALTA (Redacción) – Los presidentes de Estados Unidos y Brasil mantuvieron una conversación telefónica ayer y según informaron tuvo buenos resultados para el país sudamericano. Por su parte, Jair Bolsonaro anunció que logró convencer a su par Donald Trump de cancelar los aranceles al aluminio y acero de Brasil. Cabe recordar que hace unas semanas, el republicano comunicó el regreso de este gravamen por la devaluación de la moneda.
Tema aranceles al acero y aluminio
Esta medida arancelaria también se aplica a la Argentina, y fue por decisión del propio estadounidense por tratarse de una “devaluación masiva«. Según argumentó Trump: “no es bueno para nuestros agricultores”. En aquel momento, Bolsonaro había afirmado que iba a tener una conversación para evitar la imposición de los aranceles a estos productos, y así lo logró en la jornada de ayer.
“(Trump) se convenció de mis argumentos y decidió (…) que nuestro acero y aluminio no serán sobregravados”, informó ayer el mandatario de Brasil mediante un video publicado en Facebook. Los aranceles habían sido eliminados de la lista de impuestos de Estados Unidos por el Jefe de Estado a principios de enero, hasta que los volvió a implementar. Por su parte, también compartió en sus redes sociales, Twitter, las conclusiones de la charla con su colega brasileño.
«¡La relación entre Estados Unidos y Brasil nunca ha sido más fuerte!»
“Acabo de tener una gran llamada con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Discutimos muchos temas, incluido el comercio. ¡La relación entre Estados Unidos y Brasil nunca ha sido más fuerte!”, describió el republicano de forma exagerada y sin dar mayores detalles sobre el acuerdo. Cabe recordar que Washington es un importante cliente para Brasil en materia de acero semiacabados, siendo su principal comprador. De igual manera lo representa para la Argentina, que aún no habría comenzó negociaciones al respecto.
Por último, hay que señalar que ambos presidentes mantienen una buena relación, ya que comparten ideas políticas similares como su apoyo a la portación de armas o su visión simplistas sobre el cambio climático. Ambos mandatarios por igual han criticado a la joven activista del medioambiente, Greta Thunberg. El estadounidense la había mandado “al cine” porque está “muy estresada”, y el brasileño la calificó de “mocosa».
