SALTA (Redacción) – El dirigente social Juan Grabois presentó su nuevo libro «La irrupción de los movimientos populares», que cuenta con un prólogo del Papa Francisco. El texto trata sobre los movimientos sociales y sus características. En el evento de presentación, el referente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) aseguró: «Yo quiero decir claro esto: el problema no son lo que llaman equivocadamente planes. Dejen de molestar con que el problema son los planes: hay 500.000 miserables salarios sociales en la Argentina, de muy poca plata».
«Contrastar la cultura del descarte»
El dirigente social realizó el acto en el salón Felipe Vallese de la sede de la CGT, donde exhibió su obra escrita junto al obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara, y que cuenta con el prólogo del Sumo Ponfice. Precisamente, el papa Francisco, en su prólogo subrayó que «los movimientos populares representan una gran alternativa social, un grito profundo, un signo de contradicción, una esperanza de que todo puede cambiar». A su vez, los calificó como «un testimonio concreto, tangible, que muestra que es posible contrastar la cultura del descarte».
«Dejen de molestar con que el problema son los planes»
La charla en la presentación se dio en el marco de «La experiencia del diálogo con Francisco en los encuentros mundiales de movimientos populares». En el acto ante las más de 400 personas que se acercaron al establecimiento ubicado en Azopardo 826 , Grabois expresó: «Yo quiero decir claro esto: el problema no son lo que llaman equivocadamente planes. Dejen de molestar con que el problema son los planes: hay 500.000 miserables salarios sociales en la Argentina de muy poca plata».
Siguiendo por esta línea, el referente de los movimientos de Economía Popular manifestó: «Si el problema de la Argentina es que hay eso, bueno, estamos mirando otra película. No se obsesionen por ver cómo reconvierten esos planes en un trabajador de Uber o de McDonald’s o de Rappi. No es mucho mejor trabajar en McDonald’s que en una casa comunitaria donde se sacan los pibes de la adicción». Entre los continuos aplausos de los presentes, una mujer exclamó: «Nos obligan a hacer un curso de empleabilidad».
A raíz de esto, Grabois se pronunció sobre el tema, y si bien aclaró que no está en contra de la capacitación, se quejó: «Son unos vivos bárbaros: cursos de empleabilidad y no hay trabajo; de finalización educativa y no hay vacantes». Por otro lado, aseveró que las organizaciones sociales no van «a ser los administradores de la emergencia alimentaria para siempre». «No surgimos para contener, ese rol que nos quieren asignar de repartidores de comida. Vamos a hacerlo mientras esté la emergencia porque estamos ahí, pero no vamos a aceptar que se nos asigne constantemente desde el poder», advirtió.
Francisco por el Cambio Climático
Por otra parte, el papa Francisco no expusó en la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, pero fue suficiente con dejar un mensaje para todo el mundo y que los jefes de Estado tomen cuenta de la postura de la entidad religiosa y de los millones de ambientalistas que exigen soluciones y resultados concretos en la lucha contra el calentamiento global. Es por ello que en un videomensaje para la cumbre de la ONU, el Sumo Pontífice denunció que «los compromisos de los Estados son aún muy fluidos y están lejos de alcanzar los objetivos fijados».
«Es necesario preguntarse si hay una voluntad política real de destinar mayores recursos humanos, financieros y tecnológicos para mitigar los efectos negativos del cambio climático y ayudar a las poblaciones más pobres y vulnerables, que son las que más sufren», remarcó Bergoglio. Luego, expresó: «Es uno de los fenómenos más graves y preocupantes de nuestro tiempo. Se trata de uno de los principales desafíos que debemos afrontar y por eso la humanidad está llamada a cultivar tres grandes cualidades morales: honestidad, responsabilidad y coraje. Aunque la situación no es buena y el planeta sufre la ventana para una oportunidad aún está abierta. Todavía. Todavía estamos a tiempo. No dejemos que se cierre».