SALTA (Redacción) – Durante la 118° Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), los obispos de todo el país dijeron que para «fortalecer la Nación» se debe trabajar contra «la corrupción, la pobreza y la desigualdad«. Este es el primer mensaje de la Iglesia luego del triunfo de Alberto Fernández, que fue divulgado a través de un documento titulado como «El fortalecimiento de nuestra Nación».
«Queremos caminar con los argentinos para consolidarla cada día más»
En el mismo texto, la Iglesia señala: «En el inicio de un nuevo período de nuestra democracia, por la cual hemos optado de manera irreversible, queremos caminar con los argentinos para consolidarla cada día más». «Las mayores hipotecas del país siguen siendo la pobreza, la exclusión y la desigualdad«, apuntó la entidad católica durante el plenario que tiene lugar en Pilar y que culmina este sábado.
«No será posible un real fortalecimiento de la democracia sin una firme opción ética en los distintos niveles de la vida social. El delito de la corrupción nos tienta a todos de distintas maneras y no será posible un real fortalecimiento de nuestra democracia, sin una firme opción ética en los distintos niveles de la vida social, sin una real división de los poderes del Estado y una participación cotidiana y generosa de cada argentino», remarca el comunicado.
«Superar las distintas formas de violencia y por construir la amistad social»
Asimismo, el texto destaca: «Que Dios ayude para que la senda democrática se traduzca en vida digna, desarrollo integral, trabajo para todos, acceso a la salud y educación de calidad. La patria requiere de todos un renovado esfuerzo de diálogo sincero y búsqueda de consensos en orden a generar síntesis superadoras. La grandeza de nuestra dirigencia se manifestará en este intento si sabe incorporar también los esfuerzos y las búsquedas de los más pobres».
«La nueva cuestión social abarca tanto las situaciones de exclusión económica como las vidas humanas que no encuentran sentido y ya no pueden reconocer la belleza de la existencia. Como ciudadanos responsables estamos llamados a formar un pueblo que, más allá de las discrepancias, sostenga referencias estables que conformen un proyecto común. Esto supone un renovado esfuerzo por superar las distintas formas de violencia y por construir la amistad social», cerró el documento difundido por el Episcopado.