SALTA (Redacción)- La bajante del Río Paraná viene generando preocupación en diferentes ámbitos de la sociedad civil y política. En los últimos días se experimentó una breve crecida del río producto de las intensas lluvias, sin embargo, las expectativas hasta fin de año no son muy favorables: se estima que la bajante se siga extendiendo en los próximos meses.
Las lluvias en el noroeste argentino y el sur de Brasil dieron un pequeño alivio a la bajante histórica del Río Paraná, haciendo posible que sea la primera vez en lo que va del año que el río volviera a crecer, aunque, muy lentamente en la provincia de Santa Fe y Entre Ríos. No obstante, está lejos de los niveles normales y sigue teniendo una perspectiva poco favorable.
Prefectura Naval Argentina (PNA), por medio de un comunicado de prensa, dio a conocer que el crecimiento ya se hace notar en el hidrómetro del puerto de la ciudad de Santa Fe, en donde el nivel del Río Paraná creció hasta 18 centímetros, superando así el piso del cero, colocándose a 12 centímetros. Por esa razón, piden cuidar el agua fluvial y garantizar el consumo urbano.
A pesar de esto, en el litoral argentino se esperan trimestres con condiciones climáticas con baja precipitación, para las regiones de la cuenca del Paraná y del Paraguay se prevé que haya condiciones normales de lluvia en lo que queda del año. El caudal que ingresa al delta del Paraná tuvo un comportamiento descendente durante todo agosto y se estima que siga bajando.
La bajante histórica del Paraná podría convertirse en la peor situación hídrica desde 1944. Viene afectando a la vida ambiental, económica, productiva y social de ciudades que viven a la vera del Río, a lo que se suma la muerte de diversas tipos de peces. Finalmente, desde el Instituto Nacional del Agua (INA) reconocieron que esta situación seguirá siendo la predominante por un tiempo más.