SALTA (Redacción) – Cada 26 de mayo desde 1988 se celebra el Día Internacional de Lucha contra el Uso Indebido y Tráfico Ilícito de Drogas. Esta fecha la instituyó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para poder generar conciencia sobre el problema del consumo problemático. Con los años se asimiló que en muchos casos hay una vinculación entre la salud mental y adicciones. Desde el Ministerio de Salud Pública llaman a tomar conciencia sobre esta situación.
Antes que nada advierten desde la cartera sanitaria la necesidad de reconocer a las personas con adicciones como sujetos de derechos y garantías. También resaltan la importancia de abordar socialmente las problemáticas de los consumos nocivos vinculados a la salud mental. Se requiere la presencia, el acompañamiento y la empatía, además de garantizar el acceso a la salud pública.
Otro punto es que en muchas ocasiones se relaciona el consumo de drogas y estupefacientes con el tráfico ilícito. Por eso la recomendación es recuperar la mirada sobre las personas usuarias. Por eso, al abordar las adicciones es importante no juzgar y cuestionarse qué le ocurre a quienes caen ante este flagelo. Tal vez padecen sufrimientos, necesitan algún afecto y necesitan ser escuchados.
Por lo tanto, desde la Secretaría de Salud Mental y Adicciones se intenta promover el ingreso a intervenciones de políticas de acceso y contención. A su vez, también se busca erradicar la criminalización de las víctimas de las adicciones de los consumos problemáticos. Se resalta que todo esto se trata de un asunto de salud integral.
Recomendaciones importantes a tener en cuenta
Aclarado estos puntos, se destaca la importancia de afianzar los vínculos afectivos, escuchando y acompañando a los jóvenes. Otro aspecto clave que se debe evitar con las adicciones es la discriminación y estigmatización de los consumidores. Hay que fomentar hábitos de vida saludables y estar al lado de las personas cuando lo necesita. Por eso es que esta problemática también es abordada desde la salud mental, ya que sus implicancias repercuten en lo más íntimo de cada consumidor.
