SALTA (Redacción) – La situación política y económica de Argentina es realmente asfixiante. Desde el Gobierno parece que reconocen este complicado panorama y pondrán manos a la acción ya que la inflación del mes de julio podría ser realmente elevada. Por eso, Alberto Fernández convocó a empresarios y sindicalistas para llegar a un acuerdo de salarios y precios por 60 días.
El anuncio lo hizo el presidente en la inauguración de un mercado centralizador de alimentos en la localidad de Lomas de Zamora de Buenos Aires. «Vamos a convocar con el ministro Sergio Massa a los empresarios y sindicalistas para fijar una hoja de ruta para alinear precios y salarios en los próximos 60 días», informó. Alberto Fernández expresó que hace esto por el bien de los argentinos y para la mesa de cada compatriota.
«Queremos que los argentinos dejen de padecer con la inestabilidad de los precios. Unos pocos especuladores no nos pueden hacer cambiar el rumbo a nosotros», planteó el presidente. En esa misma línea, continuó agregando «no nos pueden obligar a torcer el rumbo quienes aumentan el valor del dólar en tres días. Tenemos que romper la lógica del individualismo y entender que somos una comunidad en la que todos necesitan de todos», exclamó Fernández.
Para el presidente Argentina creció a pesar del contexto mundial
Al mismo tiempo, el mandatario nacional planteó que es posible volver a crecer a pesar de este nivel de incertidumbre mundial. Es más, resaltó que Argentina «pudo volver a crecer en una situación mundial muy difícil». Pero fue en este sentido, donde lanzó una de sus proclamas: «adecuar los precios a los ingresos de la gente«. De ahí la convocatoria de Fernández a empresarios y sindicatos.
Por último, Fernández reconoció que su intención es que «los salarios les ganen a la inflación» y para esto es fundamental «evitar la intermediación en la cadena de valor» para poder frenar así la especulación de los especuladores. «Queremos que el Estado esté presente para compensar las desigualdades. Por eso también es importante el trabajo de las organizaciones sociales y su producción», concluyó el presidente.
