SALTA – La ciudad de Salta tuvo una de las primeras heladas de este invierno. La llegada de las bajas temperaturas no sorprendió, pues se sabía que vendría una ola polar. Es decir, la gente pudo prever esta situación, abrigarse y salir a la calle. Tratar de volver temprano y no andar de noche. No obstante, hay otros que no tienen esa posibilidad.
El frío volvió a dejar al descubierto una realidad que la ciudad de Salta no puede, o no quiere, atender. Las personas en situación de calle siguen siendo ignoradas por las políticas públicas. Una vez más, el Estado llega tarde y mal. La postal del día siguiente fue dolorosa, triste. Inhumana.
Anoche el Hogar de Noche estuvo disponible en la capital, pero por el frío terminó colapsando. Con 67 personas alojadas, el espacio se vio obligado a improvisar dos camas más para intentar contener una demanda que supera ampliamente su limitada capacidad.
Una vez que las puertas se cerraron, aquellos que no tuvieron la posibilidad de entrar, tuvieron que dormir afuera, en un banco en la plaza. Otros intentaron refugiarse en algún local comercial.
Mientras tanto, Emiliano Durand y Gustavo Sáenz siguen sin dar respuestas estructurales. No se trata de una sorpresa ni de una emergencia inédita: el invierno llega cada año, y con él, la misma postal de abandono. No hay un plan integral, el Estado reacciona con parches que no alcanzan.
El panorama muestra la ausencia total de una política pública seria que contenga a la población en situación de calle. Los dispositivos actuales no solo son insuficientes, sino que evidencian una alarmante falta de planificación. Estado para unos pocos.
No basta con abrir un refugio cuando el frío golpea con tanta brutalidad. Durante la gestión de Bettina Romero, exintendenta de Salta, el refugio abría todos los días del año, las 24 horas. Cuando Emiliano Durand llegó a la intendencia, decidió cerrarlo. Y desde hace dos años, sólo se abre cuando las temperaturas bajas aparecen en Salta.