La diputada oficialista Gabriela Flores sorprendió con una frase que desató un intenso debate político: “Para nosotros, hoy toda la oposición es kirchnerismo”. Con esas palabras buscó marcar diferencias claras entre el saencismo y quienes cuestionan su gestión.
Además, sostuvo que los opositores no ofrecen propuestas reales y que, en cambio, replican las prácticas que asocia con el kirchnerismo. Por eso, afirmó que el oficialismo provincial debe mantener una identidad firme frente a quienes critican sin aportar soluciones.
La declaración generó reacciones inmediatas en la legislatura. Algunos dirigentes opositores señalaron que reducir todo a una etiqueta es una estrategia simplista. Otros remarcaron que esa postura busca instalar una lógica de polarización que le permita al oficialismo fortalecer su posición en medio de la campaña.
En paralelo, Gabriela Flores defendió su mirada y aclaró que su objetivo es brindar claridad a la sociedad. Según dijo, la gente necesita saber quién gobierna y quién se limita a poner obstáculos. Subrayó que el gobierno provincial enfrenta problemas concretos como inflación, desempleo y deterioro de servicios, mientras que la oposición, en su opinión, insiste en la confrontación.
Sin embargo, analistas remarcan que el planteo forma parte de una estrategia electoral bien pensada. La táctica de unificar a toda la oposición bajo una sola definición busca obligar a los votantes a elegir entre dos modelos distintos, evitando la dispersión de opciones.
Mientras tanto, en redes sociales la discusión escaló rápidamente. Oficialistas celebraron la claridad del mensaje, mientras que opositores lo acusaron de ser un recurso divisivo. En cualquier caso, el tema dominó la agenda de la semana y reforzó la exposición de la diputada.
En este contexto, su frase quedó instalada como uno de los ejes más comentados en la política provincial. Con ella, Flores logró instalar un mensaje que, guste o no, ya forma parte de la campaña.