Javier Milei decidió salir de la campaña en la provincia de Buenos Aires después de varios escraches y canceló el viaje previsto a Salta. La mesa política del gobierno resolvió reducir su exposición pública hasta el cierre electoral para evitar errores no forzados.
En la Casa Rosada, los funcionarios analizaron los riesgos de nuevas apariciones y coincidieron en que el Presidente debía mantenerse en reserva. El miércoles tenía agendada una actividad en Ezeiza, pero el equipo la dio de baja tras evaluar el impacto político.
El domingo, Javier Milei revisó encuestas en Olivos que mostraban un escenario adverso. Con esos resultados sobre la mesa, decidió cancelar otra caravana en el Conurbano. Desde entonces, Diego Santilli encabeza los actos y busca fortalecer la campaña en los medios.
El Presidente también decidió no participar en un acto en Salta. Ante los rumores sobre un posible problema de seguridad, La Libertad Avanza aclaró que la ausencia responde a una decisión estratégica y no a razones de protección personal.
El comunicado oficial destacó la confianza en el gobernador Gustavo Sáenz, a quien consideran un aliado en el Congreso. Sin embargo, la aclaración contradijo a la candidata a senadora Emilia Orozco, que había señalado falta de garantías para la visita del mandatario.
El gobierno limitó la agenda presidencial a dos actos antes del cierre: uno en Córdoba y otro en Rosario. En ambos se prevé que el mandatario hable, aunque algunos asesores recomiendan intervenciones breves y controladas.
Inicialmente, el equipo planeaba cerrar en Córdoba, pero cambió el lugar tras analizar nuevas encuestas que mostraron un retroceso en esa provincia, donde Milei obtuvo más del 70 % de los votos hace dos años.
La estrategia final busca preservar la imagen del Presidente y concentrar recursos en distritos competitivos. Con Santilli al frente, el oficialismo intenta proyectar orden y estabilidad en los últimos días de campaña.