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¿Por qué la reina Isabel se cambia de ropa hasta siete veces el día de navidad?

Enterate lo que confesó su estilista personal

Angela Kelly confiesa todo sobre la reina Isabel en su libro The Other Side of the Coin: The Queen, the Dresser and the Wardrobe. La estilista de la monarca nos deja bucear en los secretos de la royal y saber más sobre su día a día. La labor de Kelly ha sido crucial a la hora de conocer detalles significativos sobre protocolo, normas de actuación y forma de vestir de los miembros de la familia real británica.

Entre todos los detalles que la estilista contó, hay uno que llama especialmente la atención, sobre todo en estas fechas. Día de Navidad, que puede parecer un día de disfrute familiar sin mayor preocupación, es toda una odisea para la reina Isabel. Ella vive no vive el 25 de diciembre como un día festivo, sino como un día cargado de labores institucionales.

Sus obligaciones la hacen ver a muchas personas a lo largo de la jornada y con todos los compromisos tiene muchos cambios de ropa. “Puede haber una gran cantidad de cambios de vestuario en un solo día, desde cinco hasta incluso siete”, explica Kelly en su libro. Cada outfit se escoge minuciosamente y no se deja ni un solo detalle al azar, algo que sería perfectamente entendible dada la gran cantidad de estilismos que tienen que estar preparados para el 25 de diciembre.

Todo empieza con el desayuno, donde Isabel II elige un conjunto cómodo.  “En este estilismo la calidad y el confort son prioritarios, y las capas”, explica Kelly. Puede llegar a vestir dos pantalones, camiseta, jersey y cardigan, además de calcetines gruesos y las famosas botas Wellington. “Por último, su majestad se pone sus guantes, la bufanda y un gorro impermeable, y se mete en el coche para asistir a la sesión”.

Después, Isabel vuelve a Sandringham y se enfunda su tercer modelo.  “Preparo bocetos de vestidos de noche para que la reina los mire y elija lo que le gustaría llevar. Ocasionalmente, puede que tenga que elegir un vestido para un cóctel”. sabel II nunca suele elegir nada demasiado brillante por la tarde si se trata de una visita de personalidades de Estado, pero si el acto es muy formal lleva un vestido largo

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