CULTURA

Agustina Neri, la revelación de “Genios de la Argentina»

Agustina es una joven afortunada a la que la «varita mágica» la tocó de cerca, permitiéndole hacer realidad un de sus sueños

Agustina Neri - Fuente: Facebook de la artista

SALTA (Redacción) – El arte es algo que nos acompaña de cerca y desde que damos los primeros pasos a quienes elegimos hacer del camino una obra maestra. Largos son los días de ensayos en un salón o camino a casa, muchas las prácticas, un aprendizaje continuo, horas y horas de entrega y sacrificio. “No puedo, tengo ensayo», parece ser la constante. Siempre en la zona de promesas.

Pero como bien dice la letra de este clásico de Soda Stereo, «tarda en llegar y al final, hay recompensa». Agustina Neri supo bucear estas aguas hasta que su disciplina y entrega la sacaron a flote. Nacida en Rosario de Lerma, hizo del canto su forma de manifestarse y salir a la luz. Tras muchos años de búsqueda, el tren pasó y ella no dudó ni un segundo en comprar un boleto para estar en primera fila.

El certamen televisivo «Genios de la Argentina» conducido por Marcelo Tinelli sería su próxima oportunidad y un viaje de ida a partir de aquel día en el que recibió un mensaje que decía «Quedaste». Una invitación repentina pero buscada y finalmente, alcanzada. Con la voz como instrumento, Agustina puso lo justo en su valija y partió a paso firme rumbo a su sueño.

Agustina Neri – Fuente: Facebook de la artista

El empujón que faltaba

«Nosotros estábamos tomando té y le llegó un aviso a mi papá. Nos dijo que nos mandaron un mensaje pero no me querían decir nada aún porque no querían ilusionarme. Cuando decidieron mostrarme, el mensaje decía que estaba seleccionada y nos pusimos re contentos, vino la familia a felicitarme. Fue una alegría muy grande», recuerda  con los mismos ánimos y exaltación de aquel instante en el que su vida dio un giro, tan  anhelado.

Agustina se encuentra en la semifinal del programa y todavía parece ayer cuando junto a su mamá vieron el aviso de las audiciones por las redes. «Mi mamá vio y dijo: hagamos  el casting. El casting lo hice el 19 de octubre aquí en Salta. Por horas de la mañana no había mucha gente pero por la tarde sí. Ahí solo nos grababan y ese video iba para Marcelo y si le gustabas, quedabas. Yo estaba re nerviosa, canté una canción de Mon Laferte “Tu tanta falta de querer”», explica.

Agustina Neri – Fuente: Facebook de la artista

Una canción que la catapultó y despejó todas las dudas de la producción cuando la vieron y escucharon por primera vez. Su voz supo trascender y un simple video, les quedó corto. En ese momento, todos sabían que había Agustina para rato. Dicho y hecho. Sucedió. El tenor de su voz, su firmeza y entereza, su madurez y color, conquistaron a la televisión argentina, reivindicando una vez más a los talentos que habitan el Norte.

“Hazlo, y si te da miedo, hazlo con miedo”

Siendo una niña Agustina ya paraba la oreja. Literal. Cuando su papá escuchaba las canciones de Valeria Lynch, ella estaba ahí, con tan solo 7 años, tratando de sacar «Señor amante», su canción favorita, sin que nadie se diese cuenta. «Un día le dije a mi papá que les quería cantar una canción. Y así fue, les canté esa canción. Fue en la casa, se sorprendieron mucho y de ahí empezó todo. Primero les hacía un show porque no cantaba, gritaba. Después cantaba a capela, en el patio de la casa y de noche», asegura.

No tardaría en llegar su primer escenario. Fue para el Día de la Madre en el parque de Rosario de Lerma hace siete años atrás.
Como si se tratase de un déjà vu, cientos se quedaron boqui abiertos y asombrados por lo que estaban viendo y escuchando. Lo mismo sucedería años después, pero a través de la televisión.

«Mis papás me apoyaron mucho y me empezaron a mandar a clases de canto», aclara y agrega: «Mi primer profe de canto fue el profe Saavedra de Rosario. El Gato Bonduri, entre otros. Ahora estoy con Laura Serrano y Babi Burgos de Alma Sideral». Asimismo, admite que la sorpresa también se hacía presente en los ensayos ya que la distancia era gigante entre aquella  Agustina que hablaba y la que luego cantaba sin tapujos.

«Mis profesores me decían que yo tenía que estar más relajada, porque yo impostaba mucho a la vez. De ahí comencé a cambiar la voz, con la ayuda de ellos, quienes me ayudaron a formar la voz, hasta llegar a este punto», afirma.
Con apoyo familiar, vocación y optando por ser autodidacta,  ella misma se encargó de crear-se las oportunidades que le permitirían ganar training, público y avanzar algunos casilleros en la jugada.

«Yo me ofrecía porque era chiquita, pero no les contaba a mis padres que lo hacía. En la escuela yo le decía a mi maestra que quería cantar en el acto. También en el cine teatro hice como un mini show, era chiquita y gracias a Dios se llenó, fue algo muy bonito», nos cuenta, todavía con ese dejo de ingenuidad y picardía que le valieron sus primeros escenarios.

Una búsqueda sin retorno y en ascenso

Festivales y nuevas audiciones empezaron a sumarse a su joven y fresca trayectoria. Con 11 años, Agus se ánimo a participar en el casting de Argenti-niños transmitido por Canal 9. En aquel tiempo, el jurado también estuvo a sus pies y el reconocimiento fue grato. Un riesgo que valió la pena correr, una presión inolvidable y una vidriera que le permitió generar mayor exposición.

«Fue una mezcla de emociones, estaba nerviosa pero después se me pasó todo. Cante una canción de Valeria Lynch. Ahora estoy intentando hacer otro tipo de canciones», adelanta.
Madurar implica tomar decisiones, permitirles nuevos matices a nuestras vidas y hacernos cargos de quienes somos, sin otro fin más que crecer teniendo clara nuestra misión en el mundo. Las experiencias que decidimos atravesar, nos despejan la mirada y nos permiten definir hacia dónde vamos. En el caso de Agus esto sucedió en el Teatro Provincial.

 «A través de mi profesora Laura pude ir al recital de Valeria, porque es amiga de ella. Mi profe le dijo a Valeria que yo iba a subir porque que quería cantar con ella y le lleve un ramo de flores. Luego, me dijo que sí», asegura.
«Valeria me dijo: ¿en qué tono lo cantas, en el mismo que el mío?. Yo le dije que no,
– un poquito más alto – y rió. Yo empecé a cantar y me dijo que era una grosa, me hacia reverencia. Fue algo muy lindo», expresa.

Pero desde aquel momento, la historia de su vida tuvo un antes y un después, al que Agustina recuerda con la precisión justa de las palabras. «Ya no sos la nena que canta como Valeria Lynch, sos Agustina Neri y basta de Valeria Lynch”, le dijo su profesora. «Ahí empecé a buscarme a mí», subraya, todavía con la misma convicción y voluntad.

Una búsqueda que la llevó a encontrarse con nuevos referentes de la música y el canto, como el amado Abel Pintos. «Me gusta mucho Abel Pintos, las letras de sus canciones y como las expresa, porque te hace sentir la letra. Me gusta mucho Patricia Sosa también», agrega.

Su curiosidad y su habilidad innata, la empujan siempre un poco más. De alguna manera, los artistas siempre tienen algo qué decir y algo para dar. En este momento, la joven cantante  desarrolla su faceta como compositora y autora de sus propios versos. «Yo ya escribí una canción, me falta el final pero no le puse la melodía aún. Surgió cuando mi sobrinito nació, y ahora estoy empezando a leer libros porque tengo que aprender a expresarme mejor», analiza.

Sin ir más lejos, Abel Pintos siempre dice eso: “hay que leer mucho para no ser reiterativo». En este sentido, Agus toma el consejo al pie de la letra ya que se encuentra leyendo un libro de poesía «Alas continuas».

Además, la realidad resulta una materia prima indispensable al momento de poner en palabras las historias que le dan sentido a su existencia. «Justamente el otro día mi compañera me contaba que extrañaba a su ex novio, así que escribí un pedacito de una canción, que se trataba de eso, de una mujer que se sentía sola pero que ya no le importaba», profundiza.

Decretar el éxito sin importar cómo ni cuándo

Desde octubre del año pasado, pasaron aproximadamente seis meses hasta que arrancó el exitoso y esperado «Genios de la Argentina», cautivando a cientos de televidentes ávidos de nuevos contenidos.  «No me llamaban, así que habíamos perdido las esperanzas. Pasó ese fin de semana en Santiago del Estero y a la siguiente semana lo hicieron», remarca. Tarda en llegar, pero cuando alguien está destinado a ser, sucede.

 De un viernes a otro, la llegada de Agustina a Buenos Aires era un hecho. «Ahí conocí a los productores y al pianista de Patricia Sosa, que era el que nos corregía si hacíamos algo mal. Primero ensayamos en un salón pequeño y después ya pasamos al estudio del Show Match, donde probamos sonido y nos maquillan. Tras ello, vamos a los camarines y cuando estamos listos salimos a grabar», describe.

En ese transcurso, logró compartir con muchos artistas y participantes tan talentosos como ella, que enriquecieron su estadía y su arte. «Me hice amiga de Priscila Ortiz de La Rioja y de Bautista de La Rioja», subraya.

Pero al momento de brillar, la única compañía es uno mismo. En ese instante, años de esfuerzo y constancia se evaporan en tan sólo unos minutos, en un abrir y cerrar de ojos, en lo que dura una canción y los pies pisan ese escenario. «Yo quería estar con ellos. Estaba muy ansiosa antes de entrar y después cuando abrieron las puertas ese día, simplemente canté. Yo canté con el corazón como dice mi profesora Laura, que no me tengo que preocupar si desafino o no, tengo que cantar con el corazón», enfatiza.

Con los nervios carcomiéndole el cuerpo y la emoción haciendo ebullición por dentro, fue el turno de Agus. Pero antes, casi a manera de ritual, ella vuelve a esa profesora que al parecer fue su guía imprescindible a la que recurrir siempre. «Yo me decía a mi misma que yo si iba a poder. Siempre digo que soy la mejor, porque mi profesora me dice eso», asevera.

Finalmente, su presentación fue una de las más vistas por la televisión y las redes. La joyita del certamen. Una genia indiscutible. «Uno siente muchas sensaciones, alegría y  nostalgia, recuerdo de aquellos años cuando ella se iniciaba. A la vez uno va sorteando etapas, recordando todos los eventos en los cuales participó. Y ahora llegar a Marcelo Tinelli, es  un logro resultado de tanto esfuerzo, entonces me sentí muy bien, más que nada por mi hija», reflexiona su papá.

Con el universo a favor y viento en popa, Agustina Neri se posiciona

 El reconocimiento vino en dominó. «Patricia Sosa, ella me habló a mí después del programa, y nos sacamos una foto. Me felicitó y me dijo que cantaba muy lindo. Ese día estaba Patricia, Mediavilla, la esposa de Marcelo y Sofía Morandi. La esposa de Marcelo me dijo cosas muy buenas también y Mediavilla me aseguró que después de la versión de Patricia, es la mejor versión que había escuchado. Nunca me habían dicho eso tan gratificante», sostiene.

En instancias de semifinales, todo puede pasar. Lo cierto, es que cada paso dado en este transcurso fue un paso ganado. Una puerta que se abre, trae consigo más que una única posibilidad. Esta en uno darle el Sí al universo.
«El solo hecho que ella este en ese estudio con Marcelo ya fue un logro grande, porque es un esfuerzo de ella, de sus clases de canto en la semana, algunas veces los fines de semana, volvemos tarde, de noche, es un logro, un sueño cumplido. Ella ya es una ganadora», ratifica la mamá de Agus.

«Como papá me siento realizado porque el esfuerzo que nosotros realizamos para que ella se supere, se vio reflejado en ese momento, en esa situación que estábamos pasando. Todo me llevaba a un solo punto, que era sentirme feliz por lo que estábamos pasando como familia y por lo que mi hija estaba pasando en lo personal», responde su papá sin titubear.

«Yo quiero seguir con el canto, poder triunfar en la música, ser una gran artista, tener mucha información sobre la música y poder grabar un disco, hacer un video clip, sería algo muy bonito», concluye Agustina, decidida a ser su mejor versión.

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