SALTA (Redacción) – Atlético Peñarol tuvo un comienzo prometedor, mucho mejor en todas las líneas y escalonando el trabajo para llegar con claridad al arco custodiado por Juan Cruz Mulieri, pero cuando menos lo esperaba Deportivo San Antonio tuvo la posibilidad de abrir el marcador mediante la pena máxima. Habían transcurrido 18 minutos del primer tiempo y llegaba la primera gran emoción podría ser la apertura del marcador y abrir la puerta para que Raúl Olarte y sus dirigidos comiencen a encaminarse al tercer título, Enzo Alvarado fue encargado de ejecutar el penal rematando de derecha y Diego Flores lo contuvo con maestría.
Pero 4 minutos después en un contragolpe letal, Marcos Navarro envió un centro para que “Leo” Villa con un lindo cabezazo desate la euforia en las tribunas. El partido se mantuvo en buen ritmo, el “Atigrado” tratando de llegar con juego combinado al empate y a los “Azulgranas” mostrando el juego que los caracterizó en el presente año.
A partir del gol el partido entró en una meseta porque Peñarol debería cuidar más la defensa y el mediocampo y eso lo frenaría en los ataques bajando la frecuencia. La “Villa” se dio cuenta que su juego se fortaleció pero que no debería desperdiciar la fuerza para llegar con tranquilidad a los 90 minutos y no sufrir sobresaltos de las semifinales. El avance del cronómetro no cesaba lo mismo que la persistente llovizna que caía sobre el Martearena, la fiesta estaba en las dos tribunas tanto como en la sur como en la norte donde los hinchas alentabas estoicamente a sus equipos por más que estén mojados, así se fueron al descanso.
La lluvia seguía adornando el estadio, no había modificaciones en los planteles lo que marcaba cierta conformidad de los técnicos en lo desarrollado por sus dirigidos y así comenzó el complemento; nuevamente Peñarol se volcó necesitado a buscar el equilibrio pero la solvencia de jugadores fundamentales en San Antonio como Churquina, Rojas, Aguierre y Navarro frenaba cualquier peligro que pueda llegar al arco custodiado por Mullieri que complementaba el trabajo de sus compañeros.
Hubo jugadores en Peñarol que no encontraron la brújula el más claro y notable es el de Silvio Mogro que supo ser el desequilibrio que llevaba a los de Villa Belgrano al triunfo. Por eso vinieron las modificaciones, los cambios de planteos tácticos pero no se modificaba el resultado ni se detenía el avance de los minutos, el desgaste fue agotando las piernas de los protagonistas pero la enjundia y el amor por el fútbol hacía que se siga buscando el arco contrario.
Peñarol era el más necesitado y por eso quizás fue quien más intentó en el segundo tiempo, pero se mostraba inconexo, errático y falto de efectividad, lo que impedía que den sobresaltos en el fondo «Villero» que por lo contrario mostraba seguridad y solvencia como paladeando el nuevo logro.
Si bien el travesaño y el arquero impidieron que llegue el empate, sumando a eso la expulsión de dos jugadores en San Antonio, Federico Benitez marcó el centro del campo de juego decretando que «Toti» Olarte sumaba el tercer título al hilo en el 2019 y la cuarta consagración en la historia liguista.
Deportivos Villa San Antonio pondrá el presente año marcado en oro, muy dificilmente alguien se olvidará de todo lo que se logró éste año y, sobre todo para Leonardo Villa que supo marcar tres goles importantes en los tres campeonatos conseguidos y será Raúl Olarte el generador de éstas alegrías.