«Bienvenidos a bordo» tuvo que adaptar su formato a tiempos de coronavirus para mantenerse en el aire de El Trece. Desde ese entonces, los taxistas, considerados trabajadores esenciales, son parte del programa de entretenimientos conducido por Guido Kaczka. Muchos de ellos estacionan su auto en la puerta del canal y van pasando a participar en vivo. En la última edición del programa, uno de ellos puso en un aprieto a Guido con una antigua anécdota.
Con mucha confianza, Claudio llegó al estudio al grito de «vos sos mi amigo, Pollo. Te vine a visitar». Confundido, el animador lo miraba tratando de recordar su rostro pero no podía hacerlo. «Si vos me permitís voy a contar la anécdota», insistía una y otra vez el trabajador con una cara picarezca y divertida. «Yo no te permito», le dijo en broma el conductor que comenzó a reírse cuando le nombraron el boliche donde ocurrió toda la historia.
«Tranquilo que no te voy a hacer quedar mal. Fue hace 20 años», le insistió el taxista a un preocupado Guido Kaczka. «Yo no tengo nada que temer», retrucó el anfitrión con confianza. Mientras el conductor hacía gala de su memoria recordando los lugares cercanos al boliche que solía frecuentar con amigos en su juventud, Claudio lanzó sin anestesia: «Me debes una, Pollo».
«Te digo Pollo porque vos en ese tiempo hacías una novela, una serie, donde te decían Pollo. No me acuerdo cuál era», le comentó el taxista pero ninguno de los protagonistas pudo recordar de dónde venía el mencionado apodo. «Llegamos con mis amigos y ahí estabas vos, tirando facha», dijo Claudio ante la risa de todos. «Tenías el pelo largo y una de las chicas de la primaria te vio y empezó a los gritos».
Luego, el taxista recordó que se fue al baño y lo encontró frente a frente al entonces actor. «Te encaré en el baño para decirte que hay una amiga nuestra que estaba muerta con vos. Era linda eh, te vas a acordar el nombre», dijo el trabajador que había captado la atención de Guido. Claudio recordó que el conductor estaba contento y le pidió que se la señale. «A los cinco minutos, te vimos que salías de la manito con ella y no te digo más», dijo despertando la risa de Hernán Drago.