SALTA (Redacción) – Honduras atraviesa un clima de hostilidad y disturbios, como consecuencia de las masivas movilizaciones de la población local en repudio al presidente Juan Orlando Hernández. Hasta el momento, las represiones militares hacia las protestas se han cobrado la vida de tres personas y 20 resultaron heridas.
Las marchas en el país caribeño han unificado el pedido de cambio de Gobierno, en una población de nueve millones de habitantes. Además, se suman a las huelgas de maestros y médicos, que reclamaron mejorías en las condiciones laborales; más dotaciones para desempeñar sus trabajos; y una mayor inversión en la estructura de las instalaciones educativas y sanitarias.
La más reciente víctima fue la de un joven asesinado este viernes a manos de los militares. Según cuentan sus familiares, el muchacho formaba parte de la obstrucción de una carretera antes de su fatal deceso. Además, en los últimos días se han registrado acciones vandálicas en la capital de Tegucigalpa y otras ciudades de Honduras.
Las protestas en las calles dieron inicio en abril, con motivo de rechazo a las reformas impuestas por el Gobierno en los rubros de educación y salud. Con el correr de las jornadas, se unieron a participar el gremio de los transportistas e incluso un sector de la policía. Finalmente, el mandatario Hernández , el pasado jueves, tomó la decisión de activar al Ejército para intervenir en las movilizaciones.
“Garantizar el derecho a la libertad de locomoción, protección de propiedad privada y pública, y desde luego, la protección de integridad de la población. El Estado tiene la obligación de brindarle al pueblo la protección de su integridad y goce de sus derechos”, había manifestado previo al despliegue del Ejército, el mandatario hondureño.
La oposición política
Por su parte, el opositor y director del Centro de Documentación de Honduras, Víctor Meza, manifestó que la decisión de desplegar las fuerzas armadas en la calle responde a una “muestra de desesperación y debilidad”. Además, al referirse a Hernández, expresó: “Comienza a quedarse solo en un régimen carente de legitimidad y aceptación entre la población”.
Contexto internacional
En el contexto internacional, los gobiernos de Estados Unidos y México comienzan a planificar estrategias para aplacar la migración de los habitantes centroamericanos hacia sus países. En este sentido, la Casa Blanca presionó al territorio mexicano, para que bloquee a esas personas que ingresan a su región en forma ilegal.