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Brasil: 52 muertos tras un motín en una cárcel

El país sudamericano fue nuevamente escenario de la tragedia en las últimas horas.

Motín en Brasil Fuente: Estado de Pará.

SALTA (Redacción) –  Brasil fue nuevamente escenario de la tragedia en las últimas horas. En esta ocasión, murieron al menos 52 reclusos como consecuencia de un motín, organizado en una prisión de la región norteña. La situación llegó a su punto más alto cuando facciones de pandillas rivales se enfrentaron entre sí. Además, 16 de los muertos resultaron decapitados en la segunda gran erupción de violencia; con el objetivo de sacudir el sistema penitenciario severamente superpoblado y mortal en la misma cantidad de meses.

Una jornada fatídica

El fatídico episodio ocurrido en Brasil comenzó alrededor de las 7:00 de la mañana del presente lunes 29 de julio. Allí iniciaron los combates del Centro de Recuperación Regional de Altamira. La información fue brindada por la AFP, mediante declaraciones de un funcionario del departamento penitenciario gubernamental del estado de Pará. En el transcurso del hecho en cuestión, dos guardias fueron tomados como rehenes durante los enfrentamientos que terminaron alrededor del mediodía. Sin embargo, al final se los liberó.

Como parte de las imágenes difundidas por la SBT Altamira, se podía dar cuenta supuestamente de un humo negro y espeso, que salía del recinto de la prisión. Además, era posible distinguir a personas sentadas en el techo de un edificio correspondiente a la prisión brasileña. Es de suma importancia mencionar, que en mayo pasado, al menos 55 prisioneros resultaron asesinados en varias cárceles en el estado vecino de Amazonas. Los propios también habían sido acusados de una aparente disputa de pandillas.

Las declaraciones oficiales

En tanto, según las propias declaraciones del secretario del Sistema Penitenciario de Pará, Jarbas Vasconcelos Carmo, el recinto penitenciario alberga dos facciones: el Comando Vermelho (de Río de Janeiro) y el Comando Clase A (un grupo local). También, confirmó que el enfrentamiento los tomó por sorpresa, en forma inesperada. “No recibimos ningún informe de nuestra inteligencia que apuntara a un posible ataque de esta magnitud”, transmitió el funcionario brasileño.

Finalmente, es necesario recalcar que la mayoría de las víctimas terminaron asesinadas por asfixia, según pudo confirmar el Gobierno estatal en ese momento. Esta acción tuvo lugar, luego de que una gran cantidad de los reclusos prendieran fuego las instalaciones carcelarias. Posteriormente, el Poder Federal derivó un arsenal de refuerzos, con la finalidad de lograr aumentar la seguridad en el establecimiento en cuestión; y de esa manera, tratar de controlar el peligroso y sorpresivo motín.

Un panorama lamentable

Brasil cuenta con una población carcelaria de unas 754.000 personas; y un sistema preparado para albergar 415.960 presos. El número de detenidos se acrecentó de forma exponencial desde el 2006. Según datos oficiales, en diez años hasta el 2016, la población carcelaria aumentó un 180%, pero alrededor de 40% de los detenidos no tiene condena. En tanto, menos de un quinto de los detenidos estudia y sólo uno de cada ocho trabaja. Por ende, muchas unidades penales son consideradas verdaderas bombas epidemiológicas, con tuberculosis y enfermedades de transmisión sexual en altos niveles.

Actualmente, en Pará figuran 14.244 detenidos y la situación no es la mejor, según constataron datos trascendidos de 2016. Hay 1,7 presos por vacante penitenciaria, y un 47% de los detenidos no tiene condena. Cinco bandas delictivas controlan los penales del estado: el Primer Comando de la Capital (PCC), el Comando Rojo (CV), Unión del Norte, Comando Clase A y Bonde dos 30. En el penal de Altamira el sangriento enfrentamiento fue protagonizado por miembros del Comando Rojo y el Comando Clase A.

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