SALTA (Redacción) – Las violentas protestas desatadas en Barcelona y otras ciudades de Cataluña, en rechazo al fallo del Tribunal Supremo español contra los independentistas, continua en auge. Al finalizar la jornada del martes, el segundo día caracterizado por cortes de calle y barricadas con neumáticos incendiados, la policía local detuvo a 30 personas.
Manifestaciones y violencia
Cabe describir que en las protestas, los manifestantes lanzaron latas, piedras y bengalas contra los efectivos policiales antidisturbios, quienes respondieron lanzando gases lacrimógenos. La fuerza de seguridad del lugar, denominados los Mossos d’Esquadra, justificaron la represión hacia los violento asegurando que el objetivo fue defender la sede de la delegación del gobierno central.
Los episodios caóticos dejaron 125 heridos, sin embargo ninguno de gravedad. A pesar del origen del conflicto, los separatistas catalanes condenaron la violencia en la manifestación y quisieron diferenciar los grupos pacíficos de una «minoría» violenta. «La Generalitat condena cualquier actitud de violencia como venimos haciendo siempre», remarcó la consejera de la presidencia del organismo, Meritxell Budó.
La postura del gobierno de España
La gravedad de la situación llevó al gobierno de España a emitir un comunicado en el que aclaró que intervendría en el conflicto si «se necesitara garantizar la seguridad en la región catalana». «Es visible que no estamos ante un movimiento ciudadano pacífico», sentenció la administración de Pedro Sánchez, quien anteriormente había descartado indultar a los condenados separatistas.
Por último, el líder del Partido Popular, Pablo Casado, demandó que el presidente de gobierno «active la Ley de Seguridad Nacional para poder garantizar la seguridad y el orden público». Precisamente, como bien informó El Intransigente América, horas después de conocida la sentencia, los manifestantes intentaron paralizar las actividades del aeropuerto internacional de Barcelona.
