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Crisis en Chile: represión en una nueva marcha contra el presidente Piñera

El mandatario chileno admitió en las últimas horas la posibilidad de una reforma en la Constitución y confirmó que continuará en su cargo

SALTA (Redacción) – Los manifestantes en Chile continúan exigiendo en las calles la renuncia del presidente Sebastián Piñera, cambiar el modelo económico y desarrollar una nueva Constitución. A pesar de las pacíficas movilizaciones, la Policía reprimió con gases y chorros de agua a la «Marcha del Millón de Máscaras» en Santiago de Chile. Luego de abrir la puerta a una reforma de la carta magna, el mandatario ratificó su continuidad en el cargo.

Siguen las protestas

La denominada «Marcha del Millón de Máscaras» es fomentada de manera internacional desde el año 2013 y se replica en un sinfín de ciudades del planeta. Tanto es así, que el mayor grado de masividad suele ser en Londres (Reino Unido), Washington (Estados Unidos) y París (Francia). En esta jornada, las convocatorias a nivel global se realizaron bajo las consignas de la organización Anonymous.

Por otra parte, el jefe de Estado de Chile había anunciado que los grandes empresarios dejarán de ser favorecidos con el proyecto de ley que iba a reducir los impuestos de los más ricos. Sin embargo, un gran número de manifestantes se sigue manifestando en la Plaza Italia, en el centro de Santiago, para reiterar su repudio a la política gubernamental y el pedido de renuncia.

«Estamos comprometidos en ser parte de la solución»

En tanto, el líder de la Confederación de la Producción y el Comercio chilena, Alfonso Swett, afirmó a los medios: «Estamos comprometidos en ser parte de la solución. Ya es hora que el dolor lo cambiemos por soluciones con amor. Hay que dialogar sobre tres temas: el endeudamiento familiar, los salarios y el enorme esfuerzo que miles de empleados hacen a diario por llegar a sus trabajos, luego de que gran parte del metro de la ciudad fuera destruido en las protestas».

Cabe recordar que los trabajadores del país trasandino perciben un sueldo promedio que ronda entre los 500 y 700 dólares, con un salario mínimo de USD 400, y que sufren un costo de vida muy alto al tener todos los servicios básicos privatizados y con un costo demasiado elevado. En las protestas de esa jornada se volvieron a vivir episodios de represión por parte de las fuerzas de seguridad locales. Se produjeron corridas, gases lacrimógenos y destrozos en el centro de Santiago.

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