SALTA (Redacción) – El juicio político contra el presidente Donald Trump comenzará este martes 21 de enero luego de cuatro meses de controversias e investigaciones en torno a las acusaciones de abuso de poder y obstrucción al Congreso. El líder de la mayoría en el Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, presentó las reglas del histórico proceso.
Según reveló el parlamentario, cada una de las partes dispondrá de un total de 24 horas para presentar sus argumentos en el juicio que puede destituir al presidente Trump. Sin embargo, el tiempo debe limitarse a dos días hábiles, según indica el texto de su resolución. Esta propuesta sugiere que ninguna de las pruebas recopiladas como parte de la investigación de juicio político de la Cámara será admitida de forma automática.
De acuerdo con el reglamento, el Senado votará más adelante para tomar la decisión respecto a admitir algún documento. Los argumentos comenzarán el miércoles 22 de enero según lo comunicado por McConnell. Los demócratas protestaron porque las reglas impulsarían los argumentos hasta altas horas de la noche y dificultarían la presentación de pruebas.
Como bien viene informando Salta4400, el republicano se enfrenta a dos artículos de juicio político, alegando abuso de poder por el famoso llamado y presunta extorsión a su par ucraniano y obstrucción del Congreso. El segundo cargo, se refiere a que intervino para evitar que funcionarios clave testificaran en la investigación antes de ser acusado formalmente.
“El Senado debe rechazar rápidamente estos deficientes artículos de impugnación y absolver al presidente”, señala un resumen del alegato previo al juicio que realizó Trump. Esto representa la primera defensa integral del jefe de Estado antes de que inicie el impeachment en el Congreso. Además, el equipo legal que defenderá al republicano reiteró su rechazo al proceso en su contra y señalaron que el proceso ha sido manipulado por los demócratas.
En un documento suscrito por el grupo de juristas liderado por el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, así como el exfiscal, Ken Starr, quien investigó al expresidente Bill Clinton, se enfoca en negar el delito de abuso de poder. En tanto, califica de poco sólidas las acusaciones que “no implican un crimen o violación de la ley” que amerite iniciar un proceso de destitución.
