El Papa Francisco volvió a suspender sus actividades por tercer día consecutivo y se debe a cuestiones de salud, según informó hoy el Vaticano. De igual manera, continúa trabajando en su residencia papal. Por su parte, el Director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, advirtió la situación esta mañana, al afirmar que desde el jueves el Papa: “Prefiere permanecer en los ambientes de la Domus Sanctae Marthae a causa de una ligera indisposición”.
Comunicado del Vaticano por la agenda del Papa Francisco
“Esta mañana el Santo Padre, después de haber celebrado la Misa, continuó con los encuentros del orden del día en la Casa Santa Marta. A excepción de las audiencias a los miembros del Grupo Internacional de Bioética. Y a los participantes en el Capítulo General de los Legionarios de Cristo y las Asambleas Generales de los Consagrados y Laicos del Regnum Christi^», completó el vocero de la Santa Sede.
En este sentido, según informó el Vaticano en su portal de noticias, el Papa celebró ayer la Misa, pero prefirió posponer las audiencias oficiales que tenía previstas. Entre ellas, había programada una reunión con los participantes en la sesión plenaria de la Pontificia Academia para la Vida. En esta ocasión, su discurso fue leído por el Monseñor Vincenzo Paglia, quien es Presidente de la Academia.
«Ligera indisposición»
De igual manera, las reuniones en la Casa Santa Marta continuaron regularmente. Sin embargo, el jueves el Papa no participó en la Liturgia Penitencial en la Basílica de San Juan de Letrán y su discurso fue leído por el Cardenal Vicario Angelo De Donatis. Allí se lo observó con mucha tos y generó preocupación, según estimaron medios italianos se debería a un cuadro gripal . Por lo tanto, este es el tercer día que el sumo pontífice de 83 años suspende su agenda por un malestar en su salud.
Por último, según indica El Intransigente, el Francisco se pronunció mediante una carta en el comienzo de la Cuaresma. Allí remarcó “las amarguras en la vida del cura”. Luego recordó: “En estos últimos años el presbítero sufrió los golpes de los escándalos financieros y sexuales”. “La sospecha volvió drásticamente más frías y formales las relaciones. Ya no se goza más de los dones de los demás, sino que parece que es misión destruir, minimizar, hacer sospechar”, agregó.