SALTA (Redacción) – Mañana domingo hay elecciones en Alemania y es la primera vez en 16 años que la Canciller de Alemania, Angela Merkel, no participará como candidata para reafirmar su liderazgo. Merkel no sólo logró ser la líder política indiscutible en su país, sino que logró convertirse en la principal líder política de Europa. En las elecciones de mañana, siete fuerzas se disputarán el poder y necesitarán formar una coalición para obtener el triunfo político en la democracia parlamentaria alemana.
Angela Merkel logro ser la primera mujer en la historia que se convirtió en Canciller de su país. La realidad es que deja las expectativas demasiadas altas para su sucesor, ya que Merkel le tocó gobernar en varios contextos, entre ellos de crisis, como la de las hipotecas y la del coronavirus. Ostenta el atributo de haber sido la segunda mujer, después de Margaret Thatcher; en ser la presidente del Consejo Europeo y en conducir los destinos del G-8.
Su autobiógrafa, Ana Carbajosa, comenta que Angela Merkel «provenía del otro lado del telón de acero y no entró en política hasta que no cayó el Muro de Berlín, con 35 años». También comenta que el partido del cual formaba parte, la Unión Cristianodemócrata, era muy masculino y ella logro ascender posiciones internamente. «Aterriza en la política como una marciana, en un partido muy masculino, de políticos del oeste. Era una mujer divorciada, sin hijos, protestante. Era una rareza», define Carbajosa.
Tuvo un papel relevante en la «crisis del euro«, en el año 2010, producto de la crisis de las hipotecas en Estados Unidos. En este contexto, la mandataria alemana defendió con todo el énfasis posible la unidad de Europa y se mantuvo bajo la lógica de políticas austeras, por la cual fue categorizada como la «Canciller de Hierro», en referencia a Thatcher. Era una férrea defensora de la energía atómica en su país, pero el desastre de Fukushima le hizo cambiar de postura porque tumbo el velo de que los riesgos que eran considerados imposibles, podían terminar ocurriendo y provocando graves daños al medio ambiente.
Durante el año 2015, atravesó la crisis migratoria de los países que estaban en guerra en Medio Oriente y, a contramano de sus países vecinos, decidió abrir las fronteras y promovió políticas que buscaban garantizar una cordial atención a aquellos que huían de la guerra. Entre el 2015 y el 2017, Alemania recibió 1.5 millones de refugiados, los cuales ayudaron positivamente al crecimiento del país. Por último, la crisis del coronavirus, respaldo un fuerte endeudamiento de la Unión Europa para la reconstrucción de Europa y fue la garante de una negocian sin precedentes en la historia del viejo mundo.
Las encuestas no pudieron brindar detalles concretos sobre que partido será el ganador de las elecciones de mañana y qué coaliciones se configurarán. Lo que si es seguro confirmar es que el mundo postmerkel será un mundo distinto, donde Alemania se enfrentará al desafío de seguir siendo el verdadero equilibrio político de la región y de ser el acto fundamental de la Unión Europea.
