POLICIALES

Frustrado asaltante irrumpió en una casa con una lanza hechiza

El delincuente le robó las zapatillas a un menor, quien luego lo enfrentó y recuperó su calzado. Molesto, el asaltante se presentó armado en su casa

SALTA (Redacción) – Enfurecido por el revés sufrido a manos de un adolescente, un delincuente conocido de la zona de barrio Solís Pizarro se metió en la casa del menor armado con un palo de escoba en cuya punta tenía amarrado un cuchillo. Aunque no llegó a herir a nadie, el delincuente sembró pánico en la familia del joven, la que de inmediato alertó a la Policía y eso puso en fuga al ladrón.

El violento episodio, según lo informado por la policía a este medio, ocurrió el sábado pasado poco antes de la medianoche, cuando el delincuente, de 30 años, sorprendió a un adolescente, de 16 años, quien había ido a acompañar a su novia hasta su vivienda y regresaba a su domicilio, ubicado sobre la calle El Cóndor al 3.000, en el barrio Solís Pizarro, en la zona oeste de la ciudad.

Cuando estaba a pocos metros de entrar a su casa, el menor fue interceptado por el asaltante, al que conocen por el apodo de “Tronco”, quien armado con un cuchillo lo redujo y le arrebató las zapatillas para luego iniciar la fuga, sin embargo, no duró mucho. Es que el menor se armó de valor, lo persiguió y tras enfrentarlo logró recuperar su calzado, tras lo cual corrió a su vivienda.

Lejos de darse por vencido, sino por el contrario el asaltante improvisó una lanza con un palo de escoba y el cuchillo que portaba y se dirigió a la vivienda del menor, quien antes aseguró el portón de chapa para impedir que el asaltante ingrese a la vivienda, pero eso no detuvo al ladrón, quien a patadas derribó el mismo y logró irrumpir en la casa del adolescente con la lanza hechiza.

“Te voy a matar, no me importa nada…yo ya estoy rejugado”, repitió el delincuente, quien buscaba venganza por su orgullo herido al ser vecino por un adolescente. Quien se refugió en el primer piso de la vivienda, mientras que en la planta baja el atacante quedó con dos hijas menores, quienes presa del pánico al ver al sujeto con la rudimentaria arma blanca, corrieron también a la planta alta.

Ante los gritos de sus hijos, los padres del menor bajaron a ver qué sucedió y vieron al sujeto cuando salía de la vivienda y se instaló en la vereda del domicilio, desde donde comenzó a arrojar piedras y otros proyectiles a la casa a la vez que amenazaba con matar al menor a los gritos.

A los pocos minutos, en tanto, el sujeto se marchó debido a que sintió las sirenas de la policía. El asaltante se fugó por la calle Las Guineas al sur, mientras que un grupo de amigos o cómplices recibió a pedradas a los móviles policiales que llegaron tras el desesperado pedido de auxilio de los padres del adolescente, quien tuvo el tupé de enfrentar al asaltante y recuperar lo que la había robado

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