SALTA (Redacción) – La estafa se lleva a cabo a través de llamados que realiza, por lo general, una mujer, quien se hace pasar por una hija o nieta de la víctima. La estafadora habla como si estuviera preocupada y avisa acerca de una fuerte crisis financiera, ya sea un corralito o un cambio en las disposiciones bancarias. De esa manera, genera alarma en la víctima, a quien induce luego a revelar cuánto dinero posee en la vivienda.
Una vez que la víctima aporta este dato, la timadora pasa al segundo paso de esta maniobra, en la cual interviene un segundo cómplice, quien usualmente se presenta ante las víctimas como un contador o, incluso, un gerente del banco que llegará a la casa para retirar el dinero, a fin de reinvertirlo en el banco. Además, el sujeto también anuncia que este monto posteriormente sería regresado a manos de su dueño, cosa que obviamente nunca sucede.
En este caso, la víctima fue una abuela de 69 años, quien reside en la localidad de General Güemes. En su denuncia, la mujer reveló que había recibido un llamado por parte de una nieta que reside en la Provincia de Córdoba. En ese diálogo, la joven quien le informó que había una corrida bancaria y que, por ese motivo, debía cambiar los ahorros que poseía, trámite que debía llevarse a cabo en alguna entidad crediticia.
Casualmente, la mujer le comentó a la víctima que una de sus cuñadas, de quien además le aportó nombre, estaba precisamente en el banco para llevar adelante dicha gestión. En ese orden, le indicó que se trataba de una cuestión urgente, que debía hacerse lo más rápido posible, tras lo cual le pidió que revelara cuánto dinero poseía en su vivienda. Ante ello, la abuela le respondió que contaba con poco más de 83 mil pesos, dinero producto de ahorros propios.
En cuestión de segundos, la falsa nieta le informó que ya había acordado con el banco una atención especial y, por ese motivo, iban enviar a un contador para retirar dicho dinero desde su casa. A causa de ello, la estafadora apuró a la anciana para que dispusiera de todo el dinero en una bolsa, debido a que en pocos minutos iba a llegar a la vivienda el enviado del banco para retirar los fondos y poder realizar el cambio correspondiente.
Rápidamente, la estafadora volvió a llamar y le indicó a la anciana que saliera a la vereda, ya que el contador de la institución financiera ya estaba en la puerta. Al hacerlo, la abuela se encontró con un sujeto de unos 45 años que vestía una remera. El individuo le confirmó que había llegado a su casa en nombre de la cuñada, por lo que la víctima no dudó de su palabra e, inmediatamente, hizo entrega del dinero que tenía acumulado.
Luego, el sujeto desapareció con el dinero y, por otro lado, la supuesta nieta dejó de llamar a la mujer. Horas más tarde, la abuela se comunicó con otros familiares para comunicarles sobre la novedad de la supuesta crisis bancaria, y al escucharla se dieron cuenta de que había sido estafada. En ese momento, cayó en la cuenta de la trata que había sufrido y se dirigió a la comisaría más cercana para radicar la denuncia del caso.