SALTA (Redacción) – En menos de media hora, un grupo de ladrones irrumpieron en una vivienda de la zona centro de la localidad de Rosario de Lerma, donde se llevaron un importante botín compuesto por dinero y prendas de vestir, sin que esta acción delictiva haya podido ser advertida por vecinos ni testigos. Por este motivo, los investigadores no tienen pistas de los delincuentes hasta el momento, aunque las pesquisas siguen adelante.
Acerca de este hecho, fuentes policiales le informaron a Salta 4400 que el robo fue denunciado por Armando Carrales, un empleado de 50 años de la empresa láctea local, Cosalta, quien reside en una vivienda ubicada en la calle Hipólito Yrigoyen al 200. En su testimonio, el sujeto comentó que se había retirado del lugar para hacer entrega de un pedido. Según sus cálculos, esta tarea le demandó alrededor de media hora, tiempo en el que se ejecutó el ilícito.
Al regresar a su casa, Carrales reveló que se dio con un faltante de más de 60 mil pesos. Asimismo, la víctima refirió que ese dinero estaba distribuido en sobres de diez mil pesos cada uno, pues el empleado indicó que por entonces estaba preparando los montos para realizar los respectivos depósitos en la entidad bancaria local. Asimismo, los ladrones también se llevaron otra suma de dinero de su propiedad y una mochila con prendas de vestir, tres pares de zapatillas y botas.
Al revisar la vivienda, el comerciante pudo advertir que una ventana estaba entreabierta, por lo que sospecha que los ladrones la empujaron y se metieron en el inmueble. Al descubrir el robo del dinero y las pertenencias que se hallaban en el inmueble, Carrales alertó al 911 y, a los pocos minutos, se hicieron presente en el lugar varios móviles policiales. Investigadores y peritos iniciaron las pesquisas y otras pericias de rigor en la casa donde ocurrió el robo.
Después de cumplir con esta serie de labores, los peritos no pudieron dar con huellas de los delincuentes, mientras los vecinos admitieron que habían percibido movimientos sospechosos en el sector durante el tiempo en que la víctima estuvo ausente. Dada las características del robo, los policías sospechan que los ladrones conocían los movimientos del empleado de antemano y, principalmente, que ese día el trabajador debía realizar los depósitos de dinero, producto de la recaudación.
En ese marco, los investigadores orientaron las primeras pesquisas hacia el entorno del damnificado, puesto que las sospechas de los policías apunta a que algunos de los cómplices tendrían relación personal o profesional con Carrales. Por otra parte, los efectivos también trabajan en busca de otras pistas a partir del análisis de cámaras de video vigilancia de la zona, tanto de la policía como aquellas que pertenecen a comercios y viviendas particulares.
De acuerdo con la policía, la hipótesis principal es que este robo fue cometido por más de dos personas e, incluso, no se descarta que hayan contado con el apoyo de un tercer delincuente, quien pudo haber hecho de campana y, además, podría haber estado al volante de algún vehículo, en el que posteriormente los malvivientes se dieron a la fuga sin levantar sospechas entre los vecinos de la zona, cuestión que también llamó la atención de los policías.
