SALTA (Redacción) – Un nuevo golpe de esta calaña de delincuentes dejó a otra abuela sin el dinero de sus ahorros. Días atrás, un par de estafadores se apoderaron de una suma de 150 mil pesos de una anciana de 81 años, en la capital salteña, hecho informado oportunamente por este medio. Ahora, en tanto, se sumó otro caso que, desafortunadamente, despojó a otra jubilada de una importante suma.
Al respecto, fuentes policiales informaron a este medio que el hecho se registró en la localidad de Joaquín V. González, y tuvo como víctima a una abuela de 63 años, quien reside en la calle Güemes al 400 de esa ciudad, en el sur de la provincia, según la denuncia radicada. Por el hecho, la policía inició una profunda investigación de lo sucedido, pero hasta el momento no hay pistas firmes.
Aída, la abuela estafada, contó en su denuncia que el llamado sonó en su casa alrededor de las 2 de la tarde, cuando se hallaba sola. La anciana relató que al atender, escuchó la voz de una mujer, quien se identificó con el nombre de su hija, quien reside en la provincia de Tucumán, la que hablaba muy rápido y en un tono alarmista a la vez, una táctica común en este tipo de estafas.
De esta manera, la estafadora confundió a la abuela, a quien le dijo que estaba por suceder una crisis económica y que ya los bancos había advertido sobre el cambio de billetes, lo que cual era totalmente desconocido para la anciana, quien intentó preguntar a su supuesta hija de que se trataba todo y por qué tanta alarma de su parte respecto al manejo del dinero.
La falsa hija, por su parte, no le dio lugar a sus preguntas e insistió en que la abuela buscase todo el dinero que tenía en casa para hacer el cambio por los nuevos billetes. Para ello, la estafadora aseguró que se hallaba en el la sucursal del Banco Nación, en la provincia de Tucumán, donde había logrado hablar con el gerente, a quien le pidió una atención especial por su madre.
Con esta premura, la acusada apuró a la anciana para que junte el dinero, lo ponga en una bolsa y lo tenga listo para entregárselo a un empleado del banco, quien ya estaba por llegar a su vivienda. Creída totalmente de que la mujer que hablaba era efectivamente su hija, la abuela junto todo el dinero que tenía en su poder en la vivienda y salió a la vereda a esperar al mandadero.
Aída reunió una suma de 85 mil pesos, dinero que entregó confiada a un sujeto que apareció con un maletín y que se identificó como empleado del banco, a la vez que dio el nombre de la hija de la víctima, lo que llevó a la anciana a entregar el dinero y regresar a su casa. Una vez que tuvo el dinero en sus manos, el falso empleado se marchó de inmediato. Luego la abuela realizó un llamado a su hija, dándose cuenta recién de que había sido blanco de una estafa.
