SALTA (Redacción) – El campeón del Dakar, Kevin Benavídes, realizó el pago voluntario de 200.000 pesos y, a través de ese pago, asumió la responsabilidad de la organización de una fiesta clandestina en Salta. Cabe señalar que el fiscal contravencional, Gustavo Vilar Rey, había imputado a Ernesto Javier Miraglio, Jesús David Battaglia Leiva y Ricardo Valentín Sanz, como autores del evento.
Mientras tanto, el piloto se encuentra en el exterior, pero le notificaron sobre la imputación en su contra y que la audiencia será el lunes 19 de abril. Como se mencionó, Kevin Benavides asumió la responsabilidad del resto de los acusados ya que el monto máximo contemplado por persona, es de $43 mil. Según detallaron desde el Ministerio Público Fiscal, las infracciones son las previstas «en el artículo 10 de la Ley 8206/20 Covid – Fiesta Clandestina«.
Detalles de la fiesta clandestina de Kevin Benavides
En este sentido, las actuaciones de la Unidad Fiscal Contravencional iniciaron por una fiesta clandestina realizada en inmediaciones de ruta nacional 9. «De tareas investigativas, surgió que la fiesta fue realizada en la tarde-noche del 23 de enero, en una propiedad de la familia Benavides». De este modo precisaron desde el organismo. «La fiesta contó con personal de seguridad, que en la puerta de ingreso, tapó con una cinta las cámaras de los celulares de los invitados para evitar filmaciones y fotografías», revelaron.
Luego, indicaron que este festejo prohibido tenía buffet y barra. Así también luces, sonido y cantantes como David Leiva «quien no podía desconocer las prohibiciones establecidas por Ley». Además, se registró la presencia de una gran cantidad de invitados en un lugar cerrado, sin que se respetara el distanciamiento social. Además, en la imputación aclararon que había otro artista, pero que no reside en Salta.
De esta manera, en las actuaciones surgió que la familia Benavides contrató a la empresa “Espacio Pinar Eventos” para montar tres carpas en el lugar. Al mismo tiempo, la firma «Kokomo», propiedad de Ernesto Javier Miraglio, estuvo a cargo del buffet. Y el sonido estuvo a cargo de Ricardo Valentín Sanz.
«Según el informe de la División Operaciones Policiales, el evento no contaba con autorización alguna para su realización. Ni con las habilitaciones de Bomberos ni servicio adicional de policía para la seguridad de los invitados. Lo que evidenció que la conducta desplegada por los imputados demostró una falta total de prudencia, interés y desaprensión ante la pandemia», completó el fiscal del caso.
