SALTA (Redacción) – En las últimas horas tres empleados, un exempleado y un particular terminaron imputados por un robo millonario a un supermercado de Orán. Como bien se informó, el insólito episodio ocurrió en abril de este año. En aquel momento, los acusados se llevaron seis millones de pesos del local comercial «sin ejercer violencia», según constataron los investigadores del caso. Los trabajadores realizaron «tareas de inteligencia» desde adentro del local para cometer el delito.
De esta manera, la fiscal penal de Orán, Daniela Murúa, imputó a los cinco integrantes del millonario asalto y ordenó su detención. Se trata de Ariel Zoloza, Armando Ortega, Renzo Rodríguez, Horacio Ramos y Sergio Ciare. Todos quedaron señalados como autores del delito de «hurto calificado» en perjuicio de un supermercado de la ciudad de Orán, ubicado en la intersección de calles Laprida y Arenales. Las autoridades remarcaron el conocimiento que tenían los empleados para llevar adelante la operación delictiva.
Tareas de inteligencias desde adentro
«Sin ejercer violencia, sustrajeron una suma de dinero cercana a los seis millones de pesos», resumieron desde el Ministerio Público Fiscal este martes. Del mismo modo, detallaron que en las tareas investigativas establecieron el rol que desempeñó Ramos, exgerente de la sucursal. «Conocía la clave de seguridad de la caja fuerte, ubicación de las llaves, movimientos de los serenos y medidas de seguridad», advirtieron.
En ese sentido, desde la Fiscalía relataron: «Habría acordado con Ortega, quien cumple la función de panadero en el supermercado y es su compadre, para que realice las tareas de inteligencia para la sustracción del dinero. Ya que el día del hecho fue el último en salir del local». «Y una semana antes, sin contar con autorización, ingresó al sector de las cámaras y observó en detalle los mecanismos de encendido y apagado de luces», detallaron.
Por su parte, Zoloza estuvo de sereno la noche previa al hecho. Y constataron que durante la tarde antes del robo, volvió al lugar con la excusa de haber olvidado una billetera que no encontró. En ese momento se cercioró de la ubicación de las llaves para la apertura de las oficinas. Mientras tanto, Rodríguez también habría facilitado las prendas de vestir y contactado a un amigo, Ciare, para que ingrese al local.