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«Son amigos del poder»: crece el enojo por la prisión domiciliaria para el obispo Gustavo Zanchetta

El religioso, condenado por abuso sexual, goza de prisión domiciliaria a meses de ser condenado.

El religioso, condenado por abuso sexual, goza de prisión domiciliaria a meses de ser condenado.

SALTA (Redacción) – Las víctimas del obispo Gustavo Zanchetta y los especialistas en abusos eclesiásticos expresaron su bronca con la Justicia de Salta. Es que se decidió que el referente de la Iglesia Católica tenga prisión domiciliaria. El titular de la Red de Abusos Eclesiásticos, Juan Carlos García, se mostró crítico por la decisión de la Justicia de Salta.

Juan Carlos García cuestionó la decisión de darle prisión domiciliaria. «La verdad que esto deja a la justicia en el lugar donde siempre dijimos que estaba. Son amigos del poder, porque ahora Gustavo Zanchetta va a estar atendido por las monjas, con internet, con una cantina, con jóvenes que van y vienen. Va a estar como un rey», manifestó el titular de esta entidad.

«Gustavo Zanchetta sigue siendo Obispo emérito de la Iglesia. Tenemos a un condenado, más allá de las tipificación de años que le dijeron por abuso sexual, algo que está comprobado, ha dañado la vida de muchas personas, y la verdad que tenerlo expuesto libremente y en un lugar donde es ministro de Culto la verdad que es irrisorio. Acá no hay una condena realmente, acá hay un privilegio y me da asco», remarcó.

Juan Carlos García también criticó los lazos del obispo Gustavo Zanchetta con el Vaticano. «El abogado de Zanchetta es pagado por el Vaticano. Buscaron privilegiar al amigo del Papa, no nos olvidemos que Zanchetta tuvo un rol importante al lado del Papa. Y que la Justicia haya sacado un diagnóstico que Zanchetta tiene una severa hipertensión agravada por aneurisma en arterias renales deja también un signo de pregunta», manifestó.

«Hay toda una confabulación para buscar la manera de darle el privilegio de la prisión domiciliaria. Y otra cuestión, Derechos Humanos jamás acompañó a las víctimas pero sí lo acompañan a Gustavo Zanchetta, los pobres seminaristas han sufrido graves consecuencias psicológicas cuando lo único que ellos querían era ser sacerdotes, pero con este ejemplo qué les queda”, concluyó Juan Carlos García.

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