SALTA (Redacción) – Avanza el juicio oral y público en contra de Manuel Cornejo, exintendente de Campo Quijano durante 16 años. A diferencia de otras veces, en esta se animó a declarar y reconoció que tiene problemas de salud lo que lo frenaba e intimidaba constantemente a llegar a esta instancia. Le confesó al Ministerio Público Fiscal que si hubo irregularidades fue para evadir la burocracia.
La audiencia de la jornada de ayer se extendió desde las 14 horas hasta las 18 y lo novedoso fue que Cornejo prestó declaración. El exintendente de Campo Quijano es juzgado por delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público, peculado por cuatro hechos; todo en concurso real. Manuel reconoció que rechazó en varias ocasiones la defensa oral por sus problemas de salud y porque le tenía miedo a esta instancia.
En este mismo contexto, contó que viene padeciendo graves problemas de salud con la diabetes y la obesidad. Al mismo tiempo, reveló que durante las audiencias debió alimentarse a través de un aparato especial para evitar los problemas de presión. Cornejo tuvo un infarto en el 2020 y estuvo cerca de la muerte, reveló el exintendente.
Las declaraciones del acusado
Por lo tanto, en lo que respecta a sus declaraciones en sí misma lo hizo admitiendo que padece los problemas mencionados previamente. «La verdad que le dije a mi abogado, sobre todo el abogado anterior, que estaba dispuesto a firmar cualquier cosa con el contrario de no estar en un juicio oral. Tenía un enorme temor de no poder resistirlo», reconoció Cornejo sobre su situación procesal.
Tal cual lo hizo en ocasiones previas, se encomendó al Señor del Milagro y la Virgen de Guadalupe. «También decir que si hubiera estado el padre Chifri acá vivo, hubiera estado sentado de testigo, defendiendome a mí estoy seguro. Él ayudó a cambiar de identidad a la gente de Tastil, de los Cerros, a darle un orgullo de ser quien son», aclaró Manuel Cornejo. «Estoy seguro que el padre Chifri está mirando de algún lado, me va a ayudar, me va a iluminar, va a iluminar al tribunal, a que se haga justicia».exclamó.
Específicamente sobre las irregularidades que se lo acusa aclaró que «la realidad que me tocó vivir fui intendente una vida, prácticamente 16 años, y viviendo en un pueblo pobre, en un pueblo donde la mayoría de la gente no tiene con qué parar la olla, como se dice». A lo que justificó que «jay situaciones que necesitan de la actuación del Intendente de manera inmediata, no con más de tiempo para buscar expedientes, para armar burocracias, sino que hay que ocuparse», argumentó Cornejo.
