SALTA (Redacción) – Gustavo Zanchetta está cumpliendo su pena por abuso sexual. Dentro de lo que es esta condena su defensa denuncia que el exobispo habría sufrido vejaciones y abuso de poder por parte de los penitenciarios. Quien fuera el obispo de Orán habría sufrido diferentes perjuicios en contra de sus derechos humanos básicos fundamentales.
El asunto por el cual esta causa se elevará al ámbito judicial es porque el obispo sufriendo afecciones cardíacas multiorgánicas e hipertensión arterial. Todo esto obligó a que Zanchetta fuera trasladado a una clínica privada para que sea atendido. Se observó paso por paso la cuestión por médicos profesionales y personal del Poder Judicial.
Se reconoció que se estaba ante un «paciente de alto riesgo debido a la afección multiorgánica que posee. Todo este tipo de patologías (aneurismas) su desarrollo es evolutivo debido a que puede ir creciendo». A eso se le sumaba un pico de stress que llevó a Zanchetta a tener una «hipertensión arterial». Hasta ahí pareciera estar todo bien, pero el asunto viene justamente en como se trató al exobispo.
La defensa de Zanchetta acusa a los penitenciarios que estuvieron a cargo del cuidado del exobispo de haber hecho abuso de poder. Se acusa que se usó grilletes y esposas para sujetarlo en la cama en la clínica que era asistido. La demanda ante la Fiscalía de Derechos Humanos dio lugar al inicio de las investigaciones correspondientes.
El estado de la investigación sobre el caso Zanchetta
Con todos estos elementos analizados se tomó la decisión de imputar a los guardias penitenciarios por vejación y uso de violencia agravada. La afección que presentaba el obispo constituía un factor eminentemente predominante de riesgo. Dichos maltratos no podrían haber hecho más que agravar el estado sanitario de Zanchetta, en especial cuando el maltrato se dio sin justificación o razonabilidad puntual.