SALTA (Semanario El Intransigente) – Respecto al problema de los baches y calles rotas en la ciudad de Salta, uno de los referentes empresariales del sector, Juan Carlos Segura, dialogó con El Intransigente y aseveró que la mayoría de las fallas que se observan en la pavimentación de las calles son responsabilidad de las empresas pero que se evitarían si no hubiera falta de control por parte del Estado.
“Cuando una empresa gana una licitación, la empresa se tiene que encargar de todo: presentar la fórmula del material con el que se va a trabajar, presentar muestras y, una vez aprobado, recién comenzar la obra”, explicó el empresario, y señaló que los errores se cometen por la falta de control durante estas etapas.
Mejores son las empresas
Por otra parte, aseguró que a la hora de pensar la pavimentación de una determinada zona de la ciudad, es mucho más eficiente y económico confiar la tarea a empresas privadas que en la propia administración pública.
“Cuando lanzan una licitación, supongamos ‘vamos a pavimentar 50 cuadras’, y convocan a las empresas: supongamos que gano yó, eso me hace responsable de todo. Antes de empezar el pavimento tengo que presentar la fórmula y me la tienen que aprobar para poder seguir trabajando, cumpliendo ciertas normas de calidad. Si la obra en cambio se hace por administración, no se controla y ahí se pierde calidad. Entonces a mí me pueden exigir estas 50 cuadras hacerlas en un año, y si no las hago en un año me van a multar, en cambio ellos para hacer 50 cuadras pueden demorar 5 años con todo el gasto de tiempo y dinero que eso significa”, explicó Segura.
La burocracia una verdadera enemiga del pavimento
Además, señaló que la burocracia gubernamental muchas veces impide acelerar los procesos: “si por ejemplo estoy haciendo una obra y se me rompe una máquina, rápidamente compro el repuesto, se repara y sigo trabajando; mientras que si eso le pasa al Gobierno, paralizan todo, llaman a una licitación para adquirir el repuesto y puede pasar mucho tiempo para que la máquina retorne al trabajo. Lo mismo ocurre con los operarios, la Municipalidad no tiene todos los técnicos que se necesitan para operar las máquinas, por ahí se enferma uno y también obliga a paralizar los trabajos”.