SALTA (Redacción) – Se viene otra puesta de la conflictiva relación entre concejales -que responden en su mayoría al gobernador- y la intendenta de la ciudad de Salta, Bettina Romero. Una difícil relación que nació con el inicio mismo de la gestión y cuyo final, como en las zagas más audaces de la literatura, es abierto y esencialmente de largo aliento. Va de mal en peor y es el escenario de una disputa que comenzó cuando se disolvió la Cooperadora Asistencial.
Todo se reanudó hace unos días cuando el Ejecutivo Municipal se dispone a vetar la ordenanza con medidas fiscales extraordinarias que el Concejo Deliberante sancionó el miércoles 15 de abril en sesión virtual; la primera de esa naturaleza e “histórica”, según sus protagonistas. Los concejales fueron varias veces advertidos acerca de la inconveniencia de aprobar medidas fiscales de ese tipo, porque la gestión municipal corre el riesgo de desfinanciarse, según informó Salta 12.
El enojo
El enojo, la molestia y el resquemor acumulado por algunos concejales en tan poco tiempo, no solo modificó lealtades iniciales. Ese conjunto de sensaciones y estados de ánimo adquirió ya tanto vigor, que esta vez, en este tema, no hubo posibilidades de atender argumentos para revisar datos y números que desaconsejan esas facilidades fiscales, que de algún modo el Ejecutivo ya las había tenido en cuenta en un decreto del 6 de abril, con medidas casi similares.
Los ediles autores de la iniciativa dicen haber presentado las ideas de esa ordenanza con bastante antelación y que el decreto municipal refleja muchos de los alivios fiscales propuestos. Es decir, el Ejecutivo copió bastante. Tan desconfiada se volvió la relación que algunos concejales descreen de las planillas con datos de recaudación y proyección aportados a cuatro ediles, el lunes anterior a la sesión, por varios funcionarios de primer nivel de Hacienda comunal.
El titular de Concejo entonces jugó su jerarquía y tuvo ese gesto, el que esperaba el gobernador Gustavo Sáenz: el único mediador es el presidente del Concejo, que aunque sea ajustadamente, hizo aprobar la ordenanza con facilidades fiscales que a la intendenta no le gusta. En el Concejo Deliberante afloró con fuerza esta vez la competencia entre la intendenta y el gobernador, que arrancó con las vicisitudes de la desaparecida Cooperadora Asistencial y se proyecta en el protagonismo en las redes sociales.