(Por Diego Nofal) – “Cuando el miedo manda los amuletos dominan el mercado”, es una frase que circula con frecuencia en estos días, donde el temor a la pandemia que generó el COVID-19 ha llevado a las personas, los medios e inclusive a la comunidad científica, a buscar soluciones mágicas y lo más rápidas posibles para curar la enfermedad que aterra al mundo. Lo que no esperábamos es que un senador salteño, Guillermo Durand Cornejo, se deje llevar por los chismes y hasta presente un proyecto, para el uso del dióxido de cloro para paliar los efectos del corona virus
El dióxido de cloro, un gas utilizado como blanqueador en plantas de tratamiento de agua y fábricas de papel, y el hipoclorito de sodio, un desinfectante comercializado como lejía o lavandina doméstica, podrían ser tóxicos si se ingieren y pueden causar una variedad de efectos adversos. Pese a esas advertencias, el parlamentario provincial inició una campaña para apoyar a un grupo de personas que le pide al gobierno que empiece a utilizar esta sustancia potencialmente tóxica para el tratamiento de la enfermedad.
“Yo no estoy promocionando, lo que hice fue hacer eco y tenderle una mano a un grupo de personas, casi todos profesionales de la provincia, que habían realizado una presentación frente al Ministerio de Salud de la provincia y no tenían ninguna respuesta», se excusó Durand Cornejo cuando fue consultado sobre el tema. No obstante, para refrendar su apoyo a esta terapia sin ningún aval científico manifestó: “A partir de allí empezaron una serie de personas de todos lugares de la provincia y el país a comentar que están tomando este compuesto, y que ya lo están usando con un magnífico resultado”.
Lo que obvió el salteño es que ayer la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha emitido una advertencia contra el uso de productos de cloro como tratamientos para COVID-19. «La OPS no recomienda utilizar productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral o parenteral (intravenosa, intraarterial, intramuscular y subcutánea) en pacientes con sospecha o diagnóstico de COVID-19, ni en ningún otro caso, porque no hay evidencia sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos», se afirma en el documento.
«Se han promovido en el mercado numerosos productos que contienen dióxido de cloro o derivados, solos o en combinación, que indican falsamente tener propiedades curativas para la COVID-19 e incluso otras dolencias asociadas”, concluye el paper de la entidad.