(Por José de Álzaga) – Notable desarrollo pectoral del gobernador de Salta Gustavo Sáenz , o al menos es lo que sugiere la fotografía que mueve a pensar en que una desordenada ingesta de “Delikatessen” a las que antes no estaba acostumbrado las cuales estarían abonando sus lípidos de donde se cumpliría el principio físico que señala: “Lo que no crece hacia arriba, se expande”.
O quizás sea un consumo exagerado de pollo que le provoca esta sintomatología aviar, lo cual sería grave, pues como dijera el científico orgánico, Evo Morales, induce a “desviaciones en su ser como hombres»…
Por último, diré, esta imagen de un Sáenz pechugón, bien podría también deberse a su ego inflado como pochoclo de placero, que no acepta consejos ni recomendaciones y prefiere continuar leyendo el “Diario de Yrigoyen”. Acordaos de Acheson, “Botita” cuando dijo que: “El gran corruptor del hombre público es el ego. Mirar a los espejos distrae la atención de los problemas”. He dicho.