SALTA (Redacción) – Los héroes que dejaron su vida en las Islas Malvinas recibieron homenajes por la gesta histórica. Gustavo Sáenz le entregó medallas acuñadas por la Casa de la Moneda y diplomas a 40 años del inicio de la gesta bélica en el Atlántico Sur. Para el gobernador son el ejemplo vivo de «la legitimidad de nuestro reclamo» soberano ante los organismos multilaterales.
Continúan los homenajes por el 40° aniversario del conflicto bélico en el Atlántico Sur. Por este motivo, el gobernador Sáenz encabezó la entrega de medallas conmemorativas que fueron acuñadas por la Casa de la Moneda. Los veteranos y caídos en la guerra de Malvinas recibieron su merecido homenaje. En total se distinguieron a 689 salteños de los cuales 34 fueron caídos en combate y los restantes 655 combatieron en el campo de batalla y sobrevivieron.
«Desde este terruño de Güemes, que se precia por ser tierra de valientes, salieron los salteños a sumarse a una empresa de gigantes. Devolver al dominio originario de la Nación Argentina las tierras y los mares arrebatados injustamente al legado nacional por una potencia colonial», reivindicó. Así Sáenz se refirió a la gesta por la recuperación de las Islas Malvinas en la muchos salteños dieron su vida.
«Salta ofrendó a treinta y cuatro de sus hijos en el altar del patriotismo. Ellos quedaron allí. Testigos y custodios de nuestra islas y mares. Sus voces, vibran en los fríos vientos de los mares del sur gritando el reclamo que lleva ya 189 años», reflexionó Sáenz. A su vez, aseguró que los veteranos y caídos en Malvinas «Son el testimonio vivo de la legitimidad de nuestro reclamo”, manifestó el jefe de Estado provincial.
El gobernador pidió perdón por el olvido
SIguiendo con la misma línea, el gobernador reconoció que la guerra para los veteranos y héroes no terminó el 14 de junio de 1982. En este sentido pidió disculpas «por el olvido en que tantas veces hemos incurrido por acción u omisión» y en las trágicas consecuencias que trajo. «Son centenares de muertos los que se cobró la posguerra ante tanta injusticia e iniquidad; porque ellos que habían dejado parte de sus cuerpos y de sus almas en aquellas islas, fueron tratados como si fueran el enemigo mismo», concluyó el gobernador Sáenz.
