SALTA (Redacción) – De la ilusión al desencanto total, así es como termina el año de Emiliano Durand como intendente de Salta. En especial si hablamos de la situación de las fotomultas, algo que generó tanta crítica en contra de Bettina Romero. El actual intendente pasó de decir que no la utilizaría a ponerla en funcionamiento.
En un tramo de un año el descontento con la gestión de Durand es total. No sólo que no arregló las calles sino que, aparte de eso, tampoco cumplió cuando dijo que eliminaría las fotomultas. Asimismo, los salteños sienten que la gestión no ha sido transparente o efectiva en abordar los problemas de la ciudad.
Hay un clima de época muy claro: la sociedad no está dispuesta a seguir soportando que los engañen. Entonces el intendente Durand ahora tiene el durísimo desafío de restablecer la confianza que supo conseguir por parte de los salteños. Particularmente porque el 2025 será un periodo electoral donde se renovará el Concejo Deliberante por la mitad.
Calles sin pavimentar, barrios olvidados, plazas en mal estado y los impuestos por las nubes es lo que Emiliano Durand le deja a los salteños para el año que viene. Así es el estado actual en el cual se encuentra la ciudad de Salta. De todos modos, tampoco da señales el intendente salteño de que las cosas puedan cambiar.
Tal vez Durand debería dejar un poco más el marketing y dedicarse a gestionar y transformar la ciudad en su totalidad. Las capacidades para tener contacto cercano con la población lo tiene, probablemente el efecto de la política recayó sobre él y se olvidó para que fue elegido. O recobra la memoria o cualquier sueño grande que tenga en la política se evaporará.