SALTA (Redacción) – El Plan Güemes viene dando de qué hablar últimamente y todos los ojos están puestos en su ejecución y resolución de la lucha contra el narcotráfico. A pesar de su diferencia con la ministra Patricia Bullrich, el interventor de Aguas Blancas, Adrián Zigarán reconoció el trabajo que se viene llevando a cabo y volvió a diferenciar a los bagayeros de los criminales.
Con la desarticulación de una banda criminal dedicada al comercio y tráfico de estupefacientes se pudo observar la efectividad del Plan Güemes. Al respecto opinó Zigarán destacando que no se trata sólo de atacar a los «pasadores de droga» sino también a los que manejan el negocio.
«Me parece bien que el Plan Güemes apunte a desarticular organizaciones y que no se quede solo en un control de ruta para atrapar a los pasadores, que son personas en su mayoría vulnerables por motivos económicos», aclaró Zigarán. En este aspecto, reveló que es clave el trabajo que se realiza entre las fuerzas de seguridad y el control de las fronteras. El interventor alertó que el narcolimite se corrió 300 km hacia el interior de Salta.
A su vez, sostuvo que «el Plan Güemes está bien diseñado para recuperar esa frontera y devolverla a los límites geográficos con Bolivia». Lo que preocupa al interventor de Aguas Blancas es el acceso que tuvo el narcomenudeo en el interior provincial y el impacto que tiene sobre la vida de los jóvenes salteños.
Un desafío global
Específicamente, Zigarán admitió que se trata de un problema difícil de resolver porque es un tema que afecta a todo el mundo. «Estados Unidos, la primera potencia mundial, no ha logrado frenar el narcotráfico, pero nosotros seguimos dando batalla con los recursos que tenemos», aseveró.
En fin, el enfoque que se utiliza actualmente tiene como objetivo combatir a los organizadores del narcotráfico. Por lo tanto, van más allá de los simples y pequeños delincuentes. A lo que concluyó induciendo que «no sirve llenar las cárceles de personas que cometen delitos por cuestiones económicas», concluyó pidiendo que se ataque a los verdaderos organizadores del narcocrimen.