SALTA (Redacción) – Las universidades argentinas inician un nuevo año lectivo en un periodo convulsionado y marcado por la lucha para garantizar salarios dignos para los docentes. Diego Maita, secretario general de ADIUNSA, informó como se encuentra el panorama social en nuestra provincia. Hoy se inicia un paro de 48 horas el cual es convocado por los diferentes gremios docentes y no docentes.
En diálogo con un medio local, el dirigente gremial brindó un pantallazo general de la situación de los docentes de la Universidad Nacional de Salta (UNSa). Antes que nada, relató que hay un nivel de incertidumbre muy grande. «El presupuesto que se discutía era insuficiente, apenas un poco más de la mitad de lo necesario, pero ni siquiera fue aprobado«, detalló Maita.
Aparte en este contexto, «seguimos con el del 2022 prorrogado, como el año pasado, cuando hubo que salir a la calle para evitar el colapso de la universidad». Por lo tanto, el inicio del primer cuatrimestre se da con paro universitario para reclamar fundamentalmente la cuestión salarial.
«En los últimos tres meses tuvimos incrementos del 1%, 1,5% y 1,2%, mientras que la inflación fue mucho mayor. La pérdida salarial acumulada es de aproximadamente el 30%, lo que equivale a haber dejado de percibir cinco sueldos”, detalló el dirigente gremial. Asimismo, remarcó que un docente que actualmente gana $600.000, hoy debería estar aproximadamente en $800.000.
Paro de 48 horas
De este modo, el paro será por 48 horas con diferentes actividades en el predio de la UNSA. «Primero vamos a informar a la comunidad y atender a la prensa, después recorreremos las aulas para dialogar con compañeros y compañeras. Sabemos que muchos apoyan el reclamo, aunque no todos adhieran a la medida de fuerza«, indicó. No concluirá ahí la medida de fuerza porque «vamos a seguir sumando voluntades porque la situación lo amerita».
En definitiva, se trata de un conflicto universitario que es mucho más complejo que la mera cuestión salarial. Por eso es que docentes, estudiantes y trabajadores señalan que sin aumento del presupuesto y sin recomposición salarial adecuada; la educación superior entra en una zona gris. «No queremos exagerar, pero si no luchamos, la universidad no cierra porque sí, sino porque logramos que no lo haga», advirtió.