La secretaria de Minería, Flavia Royón, instó a priorizar el desarrollo de Salta y advirtió que la provincia necesita un plan sostenido para aprovechar sus recursos. Su declaración se dio en un contexto donde el crecimiento económico se debate entre las oportunidades del litio, la energía y la infraestructura pendiente.
En su exposición, la funcionaria sostuvo que el norte argentino no puede seguir dependiendo de decisiones tomadas en Buenos Aires. Según dijo, el desarrollo debe surgir de un modelo federal que contemple las necesidades de las economías regionales. Subrayó además que Salta reúne condiciones estratégicas para convertirse en un polo de inversión.
El mensaje de Royón generó eco en la política local. Mientras algunos dirigentes celebraron el llamado a consolidar un modelo productivo, otros cuestionaron la falta de medidas concretas y advirtieron que la brecha entre discurso y realidad se agranda. La discusión sobre cómo transformar el potencial en crecimiento efectivo volvió a quedar en el centro del debate.
En paralelo, Flavia Royón insistió en que la provincia necesita diversificar su matriz productiva. Planteó que el litio y los proyectos energéticos representan una oportunidad histórica, pero que deben complementarse con políticas de empleo y capacitación. Para ella, sin inclusión social no hay desarrollo real.
Analistas señalan que la funcionaria busca instalar un mensaje con doble alcance. Por un lado, posiciona a Salta como destino atractivo para inversiones extranjeras. Por otro, intenta marcar agenda en la política provincial con un discurso que la coloca como referente con proyección.
El reclamo también conecta con un debate más amplio sobre el federalismo. Organismos como el Ministerio de Economía reconocen que las provincias del NOA requieren mayor inversión en infraestructura y logística para competir en igualdad de condiciones.
En este contexto, las palabras de Royón refuerzan la idea de que el futuro de Salta depende de combinar recursos naturales con planificación estatal. La apuesta por “priorizar el desarrollo” quedó instalada como una consigna que trasciende partidos y obliga a la dirigencia a dar respuestas.